Rincón Carmelitano

SANTA TERESA DEL NIÑO JESÚS

Este jueves es la fiesta de Santa Teresita, nuestra jovencísima Doctora de la Iglesia. Merece la pena prestar atención a los que nos dice.

Podríamos resumir su mensaje tan puramente evangélico, subrayando la importancia capital del amor en el camino de la santidad; eso es algo que tenemos muy claro los cristianos; lo que quizá no tenemos tan claro, y es lo que Teresita nos dice, es la manera de acceder a ese Amor. Generalmente pensamos que es necesario llevar una vida heroica de entrega y sacrificio, y realmente la han llevado los santos. Pero el camino no es tanto la fuerza de voluntad para vivir esa entrega, como la confianza y el abandono en el Amor misericordioso de Dios, que es quien nos ha de sostener y llevar de la mano.

Escribe ella a su hermana María, carmelita como ella, pero que no acababa de comprender lo que su hermana le quería transmitir:

«¡Oh, mi querida hermana, os lo ruego, comprendedme. Comprended que para amar a Jesús, para ser su víctima de amor, cuanto más débil se es, sin deseos ni virtudes, tanto más cerca se está de las operaciones de este amor consumidor y transformante. El sólo deseo de ser víctima basta, pero es necesario consentir en permanecer siempre pobres y sin fuerzas, y he ahí lo difícil, porque «¿dónde encontrar al verdadero pobre de espíritu?»Hay que buscarle muy lejos», dijo el salmista, es decir, en la bajeza, en la nada. Permanezcamos, pues, muy lejos de todo lo que brilla, amemos nuestra pequeñez, deseemos no sentir nada; entonces seremos pobres de espíritu, y Jesús irá a buscarnos, por lejos que estemos, y nos transformará en llamas de amor.»

Reconciliarse con la propia pobreza en todos sus niveles: físico, síquico, moral, espiritual, y hacer de ella el arma poderosa que nos meta en el mismísimo corazón de Jesús, por medio de una confianza audaz, por medio de un abandono total, por medio de una fe sin fisuras en su Amor inmutable, que nos rodea, que nos cuida, que nos desea, que nos mendiga nuestro pobre amor.

Hermanas Carmelitas

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