¡¡¡VIVA LA VIRGEN DE LA PAZ!!!
Si miramos a la imagen de la Virgen, la vemos con una hermosa corona, que nos puede evocar las hermosas fiestas que vivimos con motivo de su coronación canónica hace unos años. Es que la Virgen es Reina, de nuestros corazones, del Villar, del universo. Vemos su rostro, es guapa, la Virgen de la Paz. Su manto bordado primorosamente en oro…Pero lo más importante es lo que lleva en sus brazos : tiene a Jesús. Nosotros, por el Bautismo, somos miembros de Cristo, ¡formamos parte de su mismo cuerpo!, por consiguiente, la Virgen nos lleva también a nosotros. Ella nos quiere con el mismo amor que a Jesús, y nos quiere dar la paz.
Estamos en un tiempo difícil; hay mucha gente que teme el contagio del virus, propio o de sus familiares, o las consecuencias económicas que se preveen, o la situación política. Es natural que nos provoque temor situaciones que no podemos controlar y que en cualquier momento nos pueden afectar seriamente. ¿Y qué hacer?. Pues esta fiesta de la Virgen de la Paz es un momento de gracia para acudir a Ella. Claro que tenemos que pedirle que pase esta situación y se recobre la normalidad. Pero, quizá, lo que más nos ayude es hacernos niños y ponernos en sus brazos junto a Jesús. El niño pequeño acude instintivamente a su madre al menor asomo de peligro para él, y junto a ella se le van todos los miedos. Hagámoslo así, y sentiremos la tranquilidad de sabernos protegidos. No quiere esto decir que nos va a librar del contagio o de cualquier mal, quiere decir que Ella estará con nosotros para ayudarnos en toda situación. Nos hará recordar : «todo sirve para el bien de los que aman a Dios»; no pierdas la paz, no temas, estoy contigo.
Ojalá que la celebración de esta fiesta nos acerque al corazón maternal de María, manantial de paz y dulzura, esperanza nuestra.
Os deseamos a todos una feliz fiesta: Hermanas Carmelitas
