Editorial

Una primera Misa en Villar

El próximo sábado 3 de Julio, a las 12 de mediodía, la parroquia de Nuestra Señor a de la Paz de Villar del Arzobispo vivirá un regalo de Dios para esta comunidad cristiana. Catalin Tantan, que ha pasado aquí gran parte de su tiempo de formación, iniciará su ministerio como presbítero en nuestra parroquia.

La primera misa de un sacerdote es un momento de gran emoción, y en la que la Iglesia celebra con gozo la acción de gracias por un nuevo ministro que inicia su vida de servicio a los hermanos. El nuevo sacerdote ofrece a Dios las primicias de su ministerio, y no lo hace en solitario, sino junto al pueblo de Dios, que recibe la gracia de este sacramento que nos introduce en la gracia del misterio pascual de Cristo.

Ante este momento singular y único, nuestra comunidad cristiana debe estar a la altura, y para ello en primer lugar necesitamos acompañar a Catalin con nuestra oración, con la plegaria que en estos días haga sentirse acompañado a este joven sacerdote que nos concede el privilegio de compartir con él sus primeros pasos en la vida sacerdotal.

Junto a nuestra oración, la comunidad tiene que prepararse a la celebración de esta eucaristía singular. Por ello, es necesario que durante esta semana vayamos preparando el templo, la decoración, los manteles… para que todo esté dispuesto de cara al sábado próximo. No puede faltar ni un detalle, nada se nos puede pasar por alto ese día, pues la parroquia de Villar debe estar a la altura de las circunstancias y permitir que todos cuantos participen de la primera misa se sientan acogidos y arropados en esta celebración tan significativa.

Lo último que hay que disponer es el corazón, ir tomando conciencia de lo afortunados que debemos sentirnos por ser testigos de primera mano de algo único e irrepetible. Es una buena oportunidad para dar gracias a nivel individual y comunitario por el don del ministerio sacerdotal, para repasar los sacerdotes que nos han acompañado en la vida de fe, y como cada uno de ellos ha influido en nuestra vivencia de la vida parroquial y creyente.

Preparémonos para este día de gracia en el que el Señor nos ofrece tener una experiencia cercana de su bondad, su amor y su misericordia, a través del ministerio sacerdotal que Catalin empieza a vivir junto a nosotros. Que Villar el próximo sábado vuelva a ser una comunidad viva y vibrante que se siente privilegiada por poder acompañar y seguir de cerca a tantos sacerdotes, para quienes pedimos la ayuda e intercesión de nuestra querida madre, la Virgen de la Paz.

Quique, vuestro cura.

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