La Trinidad: Amor Verdadero
Tras la Pascua, la liturgia parece que quiere seguir haciéndonos escuchar el eco del Amor de Dios por los hombres que en el Misterio Pascual de Cristo, en su Muerte y Resurrección, hemos contemplado y experimentado. Sin embargo, quizás tras la venida del Espíritu que nos quiere llevar hasta la verdad plena, la pregunta que aparece en nuestra razón es ¿de dónde viene este amor? ¿Cuál es su fuente y origen?
Ante esta cuestión, la primera solemnidad tras la Pascua tiene la respuesta; nos recuerda y nos introduce en este misterio de amor por excelencia, que es al mismo tiempo la fuente y la esencia de nuestra fe. El amor de Jesucristo, es el amor del mismo Dios, que se configura en el amor de las tres personas de la Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
La Solemnidad de la Santísima Trinidad quiere ayudarnos a tomar conciencia de la naturaleza del Dios cristiano, de como de este misterio de la naturaleza de Dios, manifestado en las personas del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, hallamos y vislumbramos, aunque muy lejanamente lo que significa conocer, comprender y corresponder a Dios con nuestro pobre amor humano.
Y es que el amor es el principio que fundamenta la existencia de Dios. Un Dios, el Dios cristiano, que se manifiesta como expresión de su propia esencia. El Dios que es amor, en la Trinidad desarrolla y lleva a plenitud el amor mismo. El amor del Padre y el Hijo expresado en el Espíritu Santo, es lo que los cristianos anhelamos e imitamos, y lo que Cristo nos ha mostrado con su muerte y resurrección. El amor infinito e incondicional del Padre, comunicado en la vida de Jesucristo, que ahora, empujados por la fuerza del Espíritu, la Iglesia lucha por anunciar y testimoniar.
Esta fiesta de la Trinidad nos recuerda que nuestra historia de salvación es esencialmente una historia de amor, que Dios ha querido ir escribiendo con la humanidad, y en la que ha ido reiterando, y reafirmándose en su esencia amorosa. Dios nos ama, y en su amor nos da la vida, nos acompaña, nos salva, e incluso nos ofrece la participación en su vida de amor divino, al ofrecernos la vida eterna.
Este amor, inabarcable e incomprensible en nuestra razón humana, lo conocemos y celebramos en las tres personas de la Trinidad, tres Personas en las que Dios se nos ha dado a conocer, y que en ellas abarcan y dan sentido al amor del que Cristo nos ha hablado, que viene del Padre, y que el Espíritu nos revela y nos acerca. Que en esta fiesta renovemos el abrazo de Dios por cada hombre, por la Iglesia, por la comunidad cristiana de Villar que vive del amor de Dios, lo conoce en Cristo, y lo anuncia con la fuerza del Espíritu Santo.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Quique, vuestro párroco.