Rincon Carmelitano

ORACIÓN DEL ALMA ENAMORADA (De San juan de la Cruz)

Nuestro tiempo, inmerso en una crisis de esperanza y aquejado del mal de la tristeza, puede encontrar en el místico Juan de la Cruz la posibilidad de vestirse con el traje verde de la esperanza. Los que buscan a Dios como peregrinos de esperanza encuentran asombrados el testimonio de Juan de la Cruz; La esperanza de Dios en el hombre, fundamento del esperar humano. Es la música que recorre la oración del «Alma enamorada».

«Señor Dios amado mío. Si todavía te acuerdas de mis pecados para no hacer lo que te ando pidiendo, haz en ellos, Dios mío, tu voluntad, que es lo que yo más quiero, y ejercitar tu bondad y misericordia y serás conocido en ellos. Y si es que esperas a mis obras para por ese medio concederme mi ruego, dámelas tú y óbramelas, y la penas que tú quisieras aceptar, hágase. Y si a las obras mías no esperas ¿qué esperas, clementísimo Señor mío? ¿Por qué te tardas? Porque si, en fin, ha de ser gracia y misericordia la que en tu Hijo te pido, toma mi cornadillo, pues le quieres dame este bien, pues que tú también lo quieres…

No me quitarás, Dios mío, lo que una vez me diste en tu Hijo Jesucristo, en que me diste todo lo que quiero. Por eso me holgaré que no te tardarás si yo espero. ¿Con qué dilaciones espera, pues desde luego puedes amar a Dios en tu corazón?

Mío son los cielos y mía es la tierra; mías son las gentes, los justos son míos y míos los pecadores; los ángeles son míos, y la Madre de Dios y todas las cosas son mías; y el mismo Dios es mío y para mí. ¿Pues qué pides y busca, alma mía? Tuyo es todo esto, y todo es para ti. No pongas en menos ni repares en meajas que se caen de la mesa del Padre.»(Dichos de amor 26)

Hermanas Carmelitas

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