SANTA TERESA DEL NIÑO JESÚS Y DE LA SANTA FAZ, ( Es el nombre completo de Carmelita )
Teresita enamorada de la humanidad de Cristo y de su significado salvador, en su nombre religioso, Teresita une los dos misterios de abajamiento de Jesús: Infancia y pasión. Encarnación y Pascua, misterio de entrega del Dios hecho carne, dos caras del mismo disco, contemplado por Teresa en los dos títulos que ostenta su nombre religioso: consagración al Dios que se abaja haciéndose niño y muriendo por nosotros en la cruz. Esa unidad es, en la Santa, algo vital: Teresa lo es del Niño Jesús y de la Santa Faz.
La contemplación de la Santa Faz es la contemplación del Dios cercano, solidario, que se ha bajado para compartir los sufrimientos de los hombres, y Teresa se siente escogida para la imitación del Dios humilde y escondido: » Jesús nos ha enviado la cruz más escogida que, en su amor inmenso, ha podido inventar…¿Cómo quejarnos, cuando Él mismo fuer considerado como un hombre herido, por Dios y humillado ?
¡Oh, Dios mío!, tu amor despreciado ¿tendrá que quedarse encerrado en tu corazón? Creo que si encontraras alma que se ofreciese como víctimas de holocausto a tu amor, las consumarías rápidamente. Creo que te sentirías feliz si no tuvieses que reprimir, las oleadas de infinita ternura que hay en Ti…
Contemplando la humanidad de Cristo, que se hace pequeño, Teresa aprende y nos enseña a bajar, a hacerse pequeños, gastarse en la simplicidad y la sencillez desprenderse del apego al fruto de las propias obras, vivir de amor y sentirse acogido por la misericordia. Dejar de luchar para encontrar a Dios para dejarnos encontrar por Él. La confianza y el amor absoluto dejan a Dios las manos para obrar para transformar el alma, la persona, desde la realidad de uno mismo, desde la aceptación de la propia pobreza.
En el misterio de la santa Faz se manifiesta el sufrimiento y la soledad de Jesús que nace de su sed de almas, de su deseo de reunir a todos los hombres como la gallina reúne a sus polluelos.
HEMANAS CARMELITAS