Rincón Carmelitano

«DIOS MÍO, NO QUIERO SER SANTA A MEDIAS» ( Santa Teresita del Niño  Jesús )

   Santa Teresita nos cuenta una  experiencia que ella tuvo de pequeña, y es lo que fue toda su vida:

» Un día, Leonia, (es una de sus hermanas) creyéndose ya demasiado mayor para jugar a las muñecas, vino a nuestro encuentro con una cesta llena de vestidos y de preciosos retazos para hacer más. Encima de todo venia acostada su muñeca «Tomad, hermanitas (nos dijo) escoged, os lo doy todo para vosotras» Celina alargó la mano y cogió un mazo de orlas de colores que le gustaba.

  Tras un momento de reflexión, yo alargué la mano, diciendo:»¡yo lo escojo todo!», y cogí la cesta sin más ceremonias. A los testigos de la escena les pareció muy justa, y ni a la misma Celina se le ocurrió quejarse (aunque la verdad es que juguetes no le faltaban, pues su padrino la colmaba de regalos…

 Ese episodio de mi infancia es el resumen de toda mi vida.  Más tarde, cuando se ofreció ante mis ojos el horizonte de la perfección, comprendí que para ser santa había que sufrir mucho, buscar siempre lo más perfecto y olvidarse de sí misma.

  Comprendí que en la perfección había muchos grados, y que cada alma era libre de responder a las invitaciones del Señor y de hacer poco o mucho por por Él, en una palabra , de entrecoger entre los sacrificios que él nos pide. «Dios mío, yo lo escojo todo. No quiero ser santa  a medias, no me asusta el sufrir por ti, solo me asusta una cosa: conservar mi voluntad. Tómala, ¡ pues «yo escojo todo» lo que tú quieras…! (historia de un alma)

    Todo es gracia. Pero hay que optar por la gracia. Teresita, una joven carmelita, optó por la santIdad. Para nosotros es un regalo inmenso encontrarnos con esta carmelita y seguir su inspiración para ir más allá de nuestras expectativas. Así fue el día en que dijo estas palabras: «Dios mío, no quiero ser santa a medias». cueste lo que cueste…  ¡ÁNIMO!               

          HERMANAS CARMELITAS

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