EL AMOR QUE DIOS NOS TUVO Y NOS TIENE
Teresa de Jesús es testigo de un Dios enamorado de cada ser humano. Su amor alcanza a todos, pero no de forma abstracta y general, sino personal, única para cada uno, («hasta los cabellos de vuestra cabeza están contados» Lc12,7) Y ésta, que es su experiencia personal, la encuentra confirmada en el Cantar de los Cantares, un canto de amor entre esposos, que en la Biblia expresa el amor de Dios a su pueblo. Así Teresa dice que esos versos Dios «dejo remedio saludable para las almas que con ferviente amor le aman, que entiendan y vean que es posible humillarse Dios a tanto»
Nos invita a cercanos a Dios con la confianza de sabernos amados a sí, a ir tomando conciencia de este amor. En ese sentido, nos llama a meditar lo que significa la Encarnación: Dios ha asumido nuestra realidad humana, se ha unido a nosotros, para compartir su vida con nosotros. Y como en la Eucaristía Cristo nos entrega su propia persona y su vida, para que sea nuestro alimento. Por eso nos llama a recibir este Sacramento con fe viva, abriéndonos a ese amor siempre mayor de lo que sabemos.
¿Somos conscientes de la cercanía de Dios, y de su amor por cada uno de nosotros?¿Vivimos la Eucaristía, como un momento personal con Cristo?
HERMANAS CARMELITAS