«MARÍA ESPERABA UN HIJO POR OBRA DEL ESPÍRITU SANTO»
Entra en la espera admirable de María, para esperar con Ella la acción del Espíritu. La Navidad es fruto del Espíritu, danza intachable de su ternura, paz para un mundo tan herido de violencia. El Espíritu te enseña a esperar a Jesús. Con su fuerza, y alegría, consientes que el misterio de amor de Jesús se encarne en tu vida y embellezca al mundo con su bondad. Ábrete sin temor a la acción del Espíritu, que te ayuda a entender que» el Evangelio es el mensaje más hermoso que tiene este mundo» (Papa Francisco) Porque Dios se hace hombre por obra del Espíritu, el misterio último de la vida es un misterio de bondad, de bendición y de gracia. La tristeza infinita solo se cura con un infinito amor. «(Donde nace Dios, nace la esperanza. Donde nace Dios, nace la paz, y donde nace la paz, no hay lugar para el odio ni para la guerra.» (Papa Francisco)
Entra también, en la fe admirable de José, para participar confiadamente en el misterio de Dios que se hace cercano en Jesús y todo lo hace bien, incomparablemente bien. No te quedes sin MISTERIO por dentro, no vivas una Navidad sin Jesús. En medio de la noche, como San José, acoge a Jesús: lámpara de fe, bondad de Dios que aparece ante nuestros ojos. Más allá de nuestras lógicas humanas, abre la puerta a Jesús, que trae alta sabiduría.
La Navidad es un momento especial y entrañable: Dios se hace niño y nos trae el AMOR. Jesús nace en lo escondido para ser la salvación de todos. Nos enseña a amar lo pequeño, lo humilde, nos enseña con su vida a amar a fondo perdido…
¡¡¡FELIZ Y SANTA NAVIADAD!!!
HERMANAS CARMELITAS