EXPERIENCIA DE SANTA TERESITA DEL NIÑO JESÚS DE SU ENTRADA EN EL CARMELO
(continuación)
Mi emoción no se manifestó exteriormente. Después de haber abrazado a todos los miembros de mi querida familia, me puse de rodillas delante de nuestro incomparable padre, pidiéndole su bendición. Para dármela, también él se puso de rodillas, y me bendijo, llorando…
¡El espectáculo de aquel anciano ofreciendo a su hija al Señor, en la primavera aún de su vida, tuvo que hacer sonreír a los ángeles!…
Algunos instantes después, las puertas del arca santa se cerraron detrás de mí, mientras yo recibía dentro los abrazos de las queridas hermanas que había hecho para conmigo el papel de madre, ( son sus hermanas Celina, y María) y a quienes en adelante tomaría por modelo de mis acciones.
Por fin mis deseos se veían cumplidos. Mi alma sentía una paz tan dulce y tan profunda, que me sería imposible describirla. Pero la alegría que experimentaba era tranquila. Ni el más ligero céfiro hacía ondular las aguas serenas por las que navegaba mi navecilla, ni una nube oscurecía mi cielo azul… ¡Ah, me sentía plenamente compensada de todas mis tribulaciones!… ¡Con qué profundo gozo repetía estas palabras: «Estoy aquí para siempre, para siempre»! Aquella dicha no era efímera, no se desvanecería con las ilusiones de los primeros días. ¡ Las ilusiones ! Dios me concedió la gracia de no llevar ninguna al entrar en el Carmelo.
A los pies de Jesús Hostia, en el examen que precedió a mi profesión, declaré lo que venía a hacer en el Carmelo: He venido al Carmelo para salvar las almas, y sobre todo, para orar por los sacerdotes. Cuando se desea un fin, hay que emplear los medios necesarios para alcanzarlo. Jesús me hizo comprender que las almas me las quería dar por medio de la cruz. Y mi anhelo de sufrir creció ala medida que el sufrimiento mismo aumentaba…»
Dios sigue llamando…y pide nuestra repuesta. Si Jesús, te invita a seguirle, respóndele con un SI generoso. Dios necesita almas como Santa Teresita, para orar por los sacerdotes y pedir por los pecadores.
Hermanas Carmelitas