Rincón Carmelitano

LA EUCARISTÍA EL PAN DE CADA DÍA

Para Santa Teresa de Jesús, la Eucaristía fue especialmente importante a lo largo de su vida. Fue espacio donde ella pudo sacar fuerzas para los momentos más difíciles que vivió y para múltiples tareas que tuvo entre manos. Y esto fue así porque la celebración del Sacramento le permitía experimental que Cristo está ciertamente presente; podía participar en la renovación de la presencia, siempre viva y sanadora, de Jesús en la historia de la humanidad. Está cercano y asequible. Debajo de aquel pan está tratable.

Cuando nos acercamos a recibir a Jesús, su pan y su vino se hacen parte de nuestra carne y de nuestra sangre. Se hace muy íntimo. Santa Teresa nos habla de una imagen, como si entrara a nuestra casa, a nuestra posada. Nos invitamos a cuidar, especialmente, el tiempo después de la comunión. Cerrar los ojos, y activar los sentidos interiores . Reconocer la voz de Jesús, hacernos conscientes de su presencia dentro, animando, vivificando, alentando…Teresa nos recuerda que el Señor siempre está. Ahora en este momento, como siempre, ESTÁ.

La Eucaristía nos hace entrar en comunión con el Señor, nos une al Padre y nos hermana con los demás hombres y mujeres. Nos invitamos a avivar el sentido de pertenecer a una familia, la del pueblo de Dios.

Hermanas Carmelitas

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