Un Nuevo Amanecer Jubilar en Villar del Arzobispo
“La puerta de la misericordia está siempre abierta; nunca está cerrada. Incluso cuando nosotros la cerramos con nuestros pecados, Dios la vuelve a abrir con su perdón.” Estas palabras del Papa Francisco, pronunciadas en la Nochebuena de 2024, resonaron con fuerza en todo el mundo católico, dando inicio a un Año Jubilar que nos invita a experimentar la infinita misericordia divina.
Nuestro Arzobispo, Don Enrique Benavent, se unió a esta celebración universal y, el pasado 3 de enero, declararó abierto el Año Jubilar en nuestra diócesis. Un tiempo especial de gracia y reconciliación, en el que la Iglesia nos recuerda el amor incondicional de Dios por cada uno de sus hijos.
En este contexto, Villar del Arzobispo celebra un doble acontecimiento: el inicio del Año Jubilar y el 450 aniversario de la fundación de nuestra parroquia. Cuatrocientos cincuenta años en los que la Virgen María ha sido nuestra guía y protectora, fortaleciendo nuestra fe, amor y esperanza en Dios.
El Jubileo es un tiempo propicio para la conversión y la renovación espiritual. Es una invitación a volver los ojos hacia Cristo, fuente de toda esperanza, y a experimentar su misericordia que sana y transforma. Como nos recuerda el Papa Francisco, la puerta de la misericordia está siempre abierta, invitándonos a cruzar el umbral y a encontrar el perdón y la reconciliación.
En nuestra diócesis, el Arzobispo ha propuesto iniciativas concretas para vivir este Año Jubilar, como la celebración de misiones populares, ejercicios espirituales y encuentros de formación. De manera especial, se ha querido hacer llegar la gracia jubilar a las cárceles, invitando a los presos a dirigir su oración a Dios cada vez que atraviesen la puerta de su celda, que será para ellos como una puerta santa.
En Villar del Arzobispo, nuestra mirada se dirige con devoción a la Virgen de la Paz. Ella, que escuchó con fe las palabras del ángel Gabriel, «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra» (Lc 1,38), nos enseña a acoger la voluntad de Dios en nuestra vida.
En este Año Jubilar, pidamos a nuestra Madre del Cielo que nos ayude a vivir a la escucha de la Palabra de Dios, como ella lo hizo. Que nos conceda la gracia de experimentar su amor maternal y de llevar su mensaje de paz y esperanza a todos aquellos que encontramos en nuestro camino.
Con todo, celebramos el 450 aniversario de nuestra parroquia con profunda gratitud a Dios por todos los dones recibidos. A lo largo de estos años, la comunidad cristiana de Villar del Arzobispo ha sido un faro de luz y esperanza en medio de las dificultades.
Mirando hacia el futuro, confiamos en que este Año Jubilar sea un nuevo comienzo para nuestra parroquia. Que podamos vivir unidos en la fe, la caridad y la esperanza, y que seamos testigos del amor de Dios para todos aquellos que nos rodean.
“María, Madre de la Iglesia, estrella de la evangelización, alcánzanos la gracia de vivir este Año Santo con un corazón renovado y una fe más profunda. Que la alegría del Evangelio llene nuestros corazones y nuestros hogares.”