Rincon Carmelitano

¡RESUCITÓ DE VERAS MI AMOR Y MI ESPERANZA!

«¡Qué noche tan dichosa! Solo ella conoció el momento en que Cristo resucitó de entre los muertos» . Jesús, tú sabes que contemplo con asombro ese secreto insondable…

Santa Teresa de Jesús siempre escuchó y tuvo visiones de Cristo Resucitado. Las palabras de Jesús, sus gestos, las mociones que produce en lo profundo de nuestro ser nacen siempre de la Pascua. La resurrección nos regala a un Cristo vivo, a Jesús humano y cercano, que vive y habita en nuestro interior y desde allí como Buen Pastor, con un silbo tan suave nos vuelve a llamar (4M)

La Pascua es el tiempo más hermoso de la naturaleza, también en él la liturgia recobra vida y alegría. La llamada más profunda en este tiempo es disfrutar de la fiesta de la Pascua. A recuperar la libertad que solo Cristo nos puede otorgar. La voz de Jesús es presencia del Espíritu Santo. ¿ Y si dejamos que el Espíritu ore en nosotros? ¿ si le dejamos que dance para que se rompan tantas cadenas que no nos dejan ser libres? Solo escuchando la voz que habla en el silencio y permitiendo que que ella se encarne en nuestro corazón podremos vivir nuestra verdadera Pascua. acogiendo esa llamada, esas palabras y gestos de Jesús que brotan siempre desde la resurrección.

¡El Señor ha resucitado! ¡Él vive, ha venido a nuestro encuentro y lo hemos conocido! ¡Nos aguarda, nos bendice, nos alienta con su Espíritu y nos envía! Tu amor ha puesto en marcha nuestra vida. Con María, Madre del Resucitado, destruye nuestro abatimiento y cobardía. Haznos salir a todos del sepulcro del egoísmo, la indiferencia, la anestesia del corazón. Y derrama en nosotros el espíritu de ternura y alabanza, de alegría, compromiso y parresía…

Hermanas Carmelitas

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