CONTINUAMOS CON LA VIDA DE MARÍA FELICIA DE JESÚS SACRAMENTADO. (Chiquitunga»)
UNA INFANCIA MARCADA POR LA SENCILLEZ
Chiquitunga fue la primogénita de siete hermanos. Desde muy joven asumió responsabilidades familiares, especialmente en el cuidado y formación de sus hermanos menores. Su niñez estuvo atravesada por un fuerte sentido del deber, la solidaridad familiar y un carácter vivaz, sensible y generoso. estas cualidades serían la base de su espiritualidad futura. Aunque en su hogar la fe no era el centro, ella desde pequeña sintió una fuerte atracción por lo divino, marcada por una sensibilidad hacia los pobres y enfermos. Durante su adolescencia, ya radicada en Villarrica, Chiquitunga se unió a la Acción Católica a los 16 años, en un contesto donde este movimiento representaba para muchos jóvenes un espacio de libertad, formación y compromiso social. A los 17 años se consagró al apostolado, considerando esta gracia tan grande como la del Bautismo o la Eucaristía.
Su vida se volvió intensamente activa: visitaba enfermos, organizaba actividades con los niños y jóvenes, ayudaba a presos políticos y promovía peregrinaciones juveniles. Fue una líder carismática, que sabia combinar el dinamismo apostólico con una vida interior profunda. También interesó en la formación de jóvenes mujeres buscando que descubrieran su dignidad y vocación desde una fe madura.
CONTINUARÁ …..
Hermanas Carmelitas