ORANDO CON EL PADRE NUESTRO DE SANTA TERESITA
Santa Teresita ha vivido su relación con Dios orando y viviendo el padrenuestro. Una hermosa confidencia nos sirve de pórtico: » A veces, cuando mi espíritu está tan saco que me es imposible sacar un solo pensamiento para unirme a Dios, rezo muy despacio un padrenuestro, y luego la salutación evangélica. Entonces, esas oraciones me encantan y alimentan mi alma mucho más que si rezarse precipitadamente un centenar de veces»
PADRE NUESTRO, el acierto mayor de Teresita ha sido descubrir su condición de hija pequeña para poder relacionarse con el Padre. Este ha sido el gran regalo que le ha entregado Jesús. Teresita escudriña apasionadamente el rostro del amor. En los textos bíblicos que le envía a su hermana Celina, descubre dos tesoros que la van a meter de lleno en el océano de la bondad de Dios: «El que sea pequeñito que venga a mí» (Prov 9,4) y como una madre acaricia a su hijo, así os consolaré yo; os llevaré en mis brazos y sobre mis rodillas os meceré. Aquí está su gran descubrimiento: Un caminito todo nuevo, que no fomenta el infantilismo, sino el espíritu de hijos.
Un día la hermana Genoveva entra en la celda de Teresita y la encuentra inmersa en su gran recogimiento ¿» En qué piensas? le pregunta responde: «Medito en el Padre, es tan dulce llamar a Dios Padrenuestro» le responde Teresita con los ojos brillantes de lágrimas. Así se dispone a vivir y orar el Padrenuestro: conjugando su pequeñez con la grandeza de su Padre Dios.
Hermanas Carmelitas