Rincon Carmelitano

LA ORACIÓN TERESIANA ( UNA MIRADA AMOROSA )

Nos acercamos a Santa Teresa de Jesús, como tantas otras veces, para escuchar sus enseñanzas sobre la oración mental. Sorprende el número de veces que utiliza el vocablo de mirar. Son mil ciento cinco y como bien sabemos algunas de ellas hacen referencia clara a la oración. Es conocida la expresión: «No os pido ahora que penséis en Él, ni que saquéis muchos conceptos ni que hagáis grandes y delicadas consideraciones con vuestro entendimiento; no os pido más que le miréis». (V, 26,3)

Una mirada de enamorado que descubre otra mirada, que es la que nos adentra en el misterio de la mirada amorosa, que en unas dimensiones mucho mayores que la de un esposo enamorado, nos dirige Cristo hecho siervo. Y Santa Teresa comienza a escribir las distintas situaciones de la vida en las que la presencia de Cristo, se hará manifiesta para que le descubramos con nuestra mirada: «Si estáis alegre, miradle resucitado, que solo imaginar como salió del sepulcro os alegrará» ((V 26,4)

 La mirada es consideración amorosa, porque en ella se descubre la gratuidad de la salvación encerrada 

en la Resurrección:»¡Con qué claridad y con qué hermosura!; ¡con qué majestad, qué victorioso, que alegre! salió del sepulcro. Como quién tan bien salió de la batalla adonde ha ganado un tan gran reino, que todo lo quiere para vos, y así con él. Pues ¿es mucho que a quien tanto os da volváis los ojos a mirarle?

 El descubrimiento de la mirada amorosa de Cristo, de su obrar desde el amor, es lo que despierta ese mirar contemplativo, con el que Teresa invita a vivir la oración. Es un alcanzar a ver con una mirada semejante a la de Cristo que descubre el querer y la voluntad de Dios sobre nosotros. Tratar con Dios que ha proyectado su trato con el hombre en esta clave de amistad nacida de la mirada amorosa es el modo teresiano de entender la oración como trato de amistad, estando a solas con quien sabemos nos ama. Santa Teresa (V8,5)

                        Hermanas Carmelitas

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