Rincon Carmelitano

«EN JESUCRISTO  LO ENCUENTRO TODO»

(Santa Teresa de los Andes)

La experiencia transformadora de Jesucristo, en la vida de Teresa de los Andes es fundamental de toda su existencia. Teresa de los Andes no escribió mucho, sus obras completas son: Diario y Cartas, además de tres composiciones literarias, pero al leerlas se va descubriendo la ciencia sabrosa de la cruz, ella se maravilla ante la Kénosis del Hijo de Dios, profundizando en sí misma el admirable intercambio del Creador del género humano que quiso nacer de la Virgen, comunicándonos así su vida divina revelada  en el rostro concreto, de la persona del Verbo-Jesucristo.

 La experiencia de Jesucristo atraviesa toda su vida y escritos, plasmando en ellos la vida de la gracia comunicada gratuitamente, que la llama a dar una respuesta ante la llamada de Dios, va tomando conciencia de su condición de hija de Dios e hija de la Iglesia por su Bautismo, descubre que su vida es historia de salvación, donde el Señor siempre ha estado presente. Va deslumbrando poco a poco que la vida de todo hombre. se plenifica a la luz de la vida  divina participada a cada uno  en de nosotros, se hace presente en ella esas ansias de unirse a Jesucristo.

 Lo que es bastante enriquecedor su experiencia de vida cristiana, es el llamado a la santidad en la vida laical

 juvenil, porque ella ante todo quiere ser fiel a su vocación de hija de Dios, y como testimoniar su amor para que otros le amen con verdad siendo hombres que testimonian la alegría de ser de Jesucristo, pertenecerle por entero. Lo testifica su propia vida en la cartas a sus amigas y padres, se interesa por la salvación de la humanidad. Podemos expresar y decir que la juvenil vida de Teresa de los Andes es interesante en todos sus aspectos, fue madurando y creciendo con determinación a ejemplo de su madre en el Carmelo Santa Teresa de Jesús, de la cual ella sabía que quería » ánimas animosas»

 Su sed de vida infinita se sacia en la contemplación del Misterio Pascual, para teresa en la cruz está la vida infinita, porque el siervo sufriente de Yahveh Jesucristo el Señor en su muerte nos reconcilió de una ved para siempre, este misterio de muerte y vida resucitada causa en ella, deseos inmensos de ser otro Cristo, corriendo la misma suerte que su Esposo, el sello de la cruz y ser corredentora con Jesucristo.

    Hermanas Carmelitas

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