Editorial

Piedras Vivas en la Misión: Un Nuevo Curso Pastoral

«Siendo, pues, piedras vivas, edificaos como casa espiritual…» (1 Pedro 2, 5). Con estas palabras del apóstol Pedro, somos invitados a reflexionar sobre nuestro rol como miembros activos de la Iglesia, llamados a construir juntos la casa de Dios. En este inicio de curso pastoral, nos preguntamos: ¿Cómo podemos, como piedras vivas, contribuir a la misión evangelizadora de nuestra comunidad?

La Evangelización en lo Cotidiano

La evangelización no es solo una tarea para los sacerdotes o religiosos, sino una responsabilidad de cada bautizado. Nuestro hogar es el primer ámbito de misión. En la intimidad familiar, somos llamados a ser testigos del amor de Cristo, cultivando relaciones basadas en el respeto, la comprensión y el perdón. En nuestros trabajos, amistades y en cada encuentro, somos portadores de la luz del Evangelio.

Nuestra parroquia es el corazón de nuestra comunidad. Al participar activamente en la vida sacramental y en las diversas actividades parroquiales, nutrimos nuestra fe y nos sentimos parte de un cuerpo místico. La parroquia es un lugar donde encontrar consuelo, fortalecer nuestra relación con Dios y crecer en santidad.

El Ejemplo de María

María, nuestra Madre y Maestra a quien en nuestra Parroquia nos dirigimos como Nuestra Señora de la Paz, nos enseña a vivir el Evangelio en la vida cotidiana. Su «sí» a la voluntad de Dios, fue un SI extendido a todos los amigos de se vida, desde Nazaret a Jerusalén, pasando por Belén, Cana, y todos los pueblos y aldeas por las que pasó nuestra Madre. María, se convierte en un ejemplo para todos nosotros. Ella nos invita a confiar en la providencia divina, a descubrir la voluntad de Dios en nuestras vidas a través de la oración y el servicio.

En este nuevo curso pastoral, somos llamados a renovar nuestro compromiso con la misión evangelizadora.

Al imitar a María, al participar activamente en la vida de la Iglesia y al nutrir nuestra fe con la Palabra de Dios, podemos ser testigos creíbles del amor de Cristo. Que el Espíritu Santo nos ilumine y guíe en este camino de seguimiento de Jesús.

¡Seamos piedras vivas que edifican la casa de Dios!

 

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