Rincón Carmelitano

TERESA DE JESÚS Y LA PAZ

PAZ INTERIOR

La inmensa mayoría de la veces que Santa Teresa habla de la paz se refiere a la paz interior del alma, descrita como quietud y sosiego producido al dejar todo por el servicio al Señor y entrar en la gran aventura interior de la oración. Cuando en el libro de la vida describe el segundo grado de oración, comparándolo con regar el huerto mediante una noria, en vez de hacerlo trabajosamente trayendo en persona el agua, lo llama oración de quietud, que genera una gran paz en el alma: «Esta quietud y recogimiento del alma es cosa que se siente mucho en la satisfacción y paz que en ella se pone, con grandísimo contento y sosiego de las potencias y muy suave deleite» (Vida, 15) Una paz que se derrama en cada acción de la persona que ha recibido tal don de Dios y se percibe en ella cada momento.

En un profundo desahogo resume nuestra Santa el don divino de la paz: «¡Oh, amor fuente de Dios! ¡y cómo no le parece que ha de haber cosa imposible a !quien ama que ha llegado a alcanzar esta paz de Dios, que esté señoreada sobre todos los trabajos y peligros del mundo, que ninguno teme, a cuento de servir a tan buen Esposo y Señor»

Esta paz viene de estar con el Señor, otorga sosiego, es consuelo del alma, da contento en los trabajos y fuerza ante las dificultades.

Hermanas Carmelitas

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