OFRENDA DE MI MISMA COMO VÍCTIMA DE HOLOCAUSTO AL AMOR MISERICORDIOSO DE DIOS
( Santa Teresita del Niño Jesús)
¡Oh, Dios mío, Trinidad bienaventurada. Deseo amaros y haceros amar, trabajar por glorificación de la santa Iglesia salvando a las almas que están en la tierra y librando a las que sufren en el purgatorio! Deseo cumplir perfectamente vuestra voluntad y llegar al grado de gloria que me habéis preparado en vuestro reino. En una palabra, deseo ser santa, pero siento mi impotencia, y os pido ¡oh, Dios mío! que Vos mismo seáis mi santidad.
Puesto que me habéis amado hasta darme vuestro único Hijo para que fuese mi Salvador y mi Esposo, los tesoros infinitos de sus méritos son míos; os lo ofrezco gustosa, suplicándoos que no me miréis sino a través de la Faz de Jesús y en su Corazón abrasado de amor. Siento en mi corazón deseos inmensos, y os pido confiadamente que vengáis a tomar posesión de mi alma. Ah, no puedo recibir la sagrada comunión con la frecuencia que deseo; pero, Señor ¿no sois todopoderoso ?…Permaneced en mi como en el tabernáculo, no os alejéis de vuestra pequeña hostia. Después del destierro de la tierra espero ir a gozar de Vos en la Patria, pero no quiero amontonar méritos para el cielo; quiero trabajar solo por vuestro amor con el único fin de complaceros, de consolar a vuestro Sagrado Corazón y de salvar almas que os amen eternamente. En la tarde de la vida, compareceré delante de Vos con las manos vacías, no os pido, Señor que contéis mis obras. Todas nuestras justicias tiene manchas a vuestros ojos. Quiero por eso, revestirme de vuestra propia justicia, y recibid de vuestro amor la posesión eterna de vos mismo. No quiero otro trono ni otra corona que a Vos, ¡oh, Amado mío !…
Hermanas Carmelitas


