¡Ya vienen los Reyes!….Una fiesta seguramente muy evocadora para la mayoría de ilusiones infantiles, que sigue viva en nuestro tiempo.
Para los que ya no ponemos los zapatos a los Reyes, sigue siendo una fiesta importante; ellos, de alguna manera nos representan a nosotros, los que no pertenecemos al pueblo judío, en el Portal, pues María y José, asi como los pastores, eran del pueblo judío, que había recibido la promesa del Mesías. Pero este Mesías no venía sólo para los judíos. Y ahí estaban los Magos, con sus dones, adorándole y siendo acogidos con alegría.
Los magos encuentran a Jesús por que lo buscan con perseverancia; se han tenido que desinstalar y emprender un largo viaje sin saber adonde les llevaría la estrella. Han tenido que mirar mucho al cielo y preguntar a los hombres. Superar la fatiga del largo camino sin desanimarse, y una vez llegados, tener la sabiduría y la humildad del Espíritu para reconocer en aquel Niñito pobre y frágil al Salvador. Entonces postrándose lo adoraron. Y no se dejaron engañar por Herodes, volviendo a su pais por otro camino.
Mucho podemos aprender de los magos, pues son como una parábola de lo que debemos hacer si realmente queremos encontrar a Jesús. Y no nos va a dar ningún regalo del Corte Inglés, y quizá tampoco esas cosas que todos deseamos tanto: la salud, el trabajo para nuestros familiares jóvenes, el afecto de los que nos rodean…pero ya sabemos que lo que El nos da es esa felicidad honda, ese sentido de la vida, esa promesa de inmortalidad, ese sabernos muy amados y poder amar; bueno, cosas de un valor inestimable. Por eso los Magos se volvieron contentos ¡no era para menos!
Que se porten muy generosamente con todos:
Hermanas Carmelitas