Comenzábamos la Novena a la Virgen de la Paz el pasado Martes 14 de Enero coincidiendo con la festividad de San Juan de Ribera, tan querido por este pueblo de Villar, ya que fue el que erigió la parroquia en 1575 desgranándola de Chulilla y residió en el palacio prelacial que todavía tan bien conservamos. Nuestra Señora de la Paz, que es patrona de nuestro pueblo y titular de nuestra parroquia, que preside nuestro altar y siempre tiene sobre todos nosotros esa mirada maternal y protectora…lugar de peregrinación para tantos que pasan ha hacer la visita o simplemente buscan encontrar esa mirada de Madre amorosa, llena de paz, que todos encontramos en María.
Como os decía estos días atrás la novena es un tiempo importante de preparación que debemos tomarnos seriamente si realmente nos sentimos amados por tan excelsa Señora. María, reina de la Paz es para todos nosotros nuestra Madre y protectora y como tal acudimos a ella llenos de ternura para recibir de ella todo su amor y sus gracias.
Por eso quiero hablaros hoy de lo importante que es este tiempo de NOVENA. El porqué debemos dejar llenar nuestro corazón en estos días.
Rezar durante nueve días tiene una base bíblica. Esto no es algo que alguien se inventara para hacer un esfuerzo mayor…o para simplemente mostrar más su amor y devoción a María, bueno a María que es el caso que nos ocupa, pero puede ser a un Cristo, al Espíritu Santo o a algún santo de profunda devoción. Una novena es un tiempo intenso de preparación, como lo puede ser el adviento a la Navidad o la Cuaresma a la Pascua, todo ello guardando las distancias…ambos tiempos no ocupan nueve días sino 23 días en uno y algo mas de 40 en el otro…Pero María, nuestra Patrona aquí en Villar merece que nos ocupe nueve días más intensos de nuestros días… Las novenas requieren humildad, confianza y perseverancia, tres importantes cualidades de la oración eficaz.
Una novena de oración fue la que hicieron los apóstoles como preparación a la venida del Espíritu Santo. Se sabe que entre la Resurrección y la Ascensión hay 40 días; y hay nueve días entre la Ascensión y Pentecostés. ¿Qué hicieron los apóstoles en ese lapso de tiempo? En esos nueve días los apóstoles hicieron oración para esperar una gracia muy especial: La venida del Espíritu Santo. El mismo libro de los Hechos nos dice:
“Todos ellos se reunían siempre para orar con algunas mujeres, con María, la madre de Jesús…” (Hech 1, 14). Jesucristo nos enseñó a orar con insistencia. El le pidió a los Apóstoles que se prepararan en oración para la venida del Espíritu Santo. De aquí se inspira la novena de Pentecostés.
Por eso la novena tomó un sentido de anticipación y preparación a una fiesta.
Por lo tanto, en estos días debemos dejar libre nuestro corazón de todo estorbo y regalárselo a María, para que ella lo vaya llenando día a día y así nos conduzca a su hijo Jesús, porque esa es la preocupación de María nuestra Madre, que nosotros, sus hijos, seamos capaces de encontrarnos con su hijo Jesús. Que lo amemos también como ella lo ama, que seamos capaces de a través de María encontrar a Jesús de una manera especial en nuestras vidas. Todo en María nos orienta a Jesús, por lo tanto estos nueve días de preparación han de ser para nosotros una oportunidad para a través de María, encontrarnos de nuevo con Jesús.
Dejamos atrás hace nada la Navidad. Deberíamos estar llenos de Él, bueno, pues aquí tenemos los villarencos otra oportunidad para que Jesús reine en nuestras vidas a través de su Madre, María Reina de la Paz. Vivir de esta forma es orientar nuestras vidas a Dios a través de María.
Os invito a todos a vivir con intensidad estos días de Novena. También a vosotros que por diversos motivos no podéis venir a la parroquia (enfermos, impedidos, también los que estáis lejos de Villar), que sepáis que tenéis la ocasión gracias a Cable 6 y Satelvex de verlo en directo a través de la televisión cada día a las 19h en directo. Así como por internet a través del canal Catholictube.com de la parroquia que gracias a Massimo hemos abierto para todos.