Pronto será la fiesta de Edith Stein, carmelita descalza de raza judía, a quien Juan Pablo II nombró Patrona de Europa. Murió en la cámara de gas de los nazis en la segunda guerra mundial a los 54 años y 9 de vida en el Carmelo.
Su vida fue una apasionante búsqueda de la verdad, y finalmente la encontró en Jesucristo, después de haberse leido de un tirón, se pasó toda una noche leyendo, la autobiografía de Santa Teresa. Al terminarla se dijo :»Aquí está la Verdad». Después de recibir el Bautismo quiso entrar en el Carmelo, pero la hizo esperar su director espiritual por el mucho bien que hacía con sus charlas y conferencias.
Ella afirmó :»Quien busca la verdad busca a Dios lo sepa o no». Dios es la Verdad absoluta, fuera de El todo es vacío y mentira. Y este vacío y esta mentira nos acechan a todos mientras caminamos por esta vida. De ahí la necesidad de buscar continuamente a Dios. La Fe que se alimenta de la Palabra de Dios y de la Eucaristía son medios privilegiados; la oración, los acontecimientos de cada día, el servicio y amor al prójimo…Como Dios es infinito, jamás llegaremos al fondo en nuestra búsqueda, como la conversión, dura toda la vida. Es bueno cada noche pensar qué hemos descubierto de Dios en este día. Si quisiéramos saber TODO sobre El, sería una pretensión ridícula, pero el ir penetrando y conociendo mejor su Amor, Belleza, Sabiduría, Misericordia, Providencia, Compasión, seguramente que le agrada porque ese conocimiento va engendrando el amor. Edith confesó que cuando descubrió que Dios existía, pensó que ya no podría vivir sino para El.
Hermanas Carmelitas