LOS ESCRITOS DE SANTA ISABEL DE LA TRINIDAD
Leyendo los escritos de santa Isabel de la Trinidad, dice cosas que no se puede menos de pensar : «o los santos están locos, o nosotros somos los que lo estamos por andar tan lejos de lo que ellos vivieron y enseñaron.
En vísperas de su muerte, a los 26 años, escribe a su madre que estaba inconsolable:
«Nunca me había dado a conocer el Señor, como ahora, que el dolor es la prueba mayor de amor que El puede dar a su criatura. A cada nuevo sufrimiento que el Señor me envía beso la cruz de Jesús y le digo: gracias, Dios mío, no soy digna. Porque considero que el sufrimiento fue el compañero de su vida, y yo no merezco ser tratada por El, como El lo fue por su Padre celestial. Dice santa Angela de Foligno: la señal infalible para conocer que Dios mora dentro de nosotros y poseemos su amor, es recibir no sólo con paciencia, sino con agradecimiento, todo lo que nos hiere o puede hacernos sufrir. Para llegar a esto hay que contemplar a Dios crucificado por amor; y si esta contemplación es auténtica, infaliblemente viene a desembocar en el amor al sufrimiento.
Recibe, mi querida mamá, a la luz que brota de la cruz, toda prueba, toda contrariedad, todo acontecimiento desagradable. Así es cómo se agrada a Dios y se adelanta en el camino del amor. Dale gracias por mí ¡soy tan sumamente feliz!.
Adios, no tengo fuerza para sostener el lápiz, pero mi corazón no se aparta un instante de tí. Tu hija feliz: Isabel de la Trinidad.»
Hermanas Carmelitas
