Editorial

Un nuevo año, un nuevo regalo

Cada año que iniciamos es para nosotros, desde nuestra perspectiva creyente, un regalo, una nueva oportunidad para seguir viviendo como cristianos en medio de nuestro mundo, nuestro ambiente, nuestra realidad. Los cristianos estamos llamados a dejar que nuestra fe empape todas las realidades de nuestra vida cotidiana, desde lo más sencillo y diario, hasta las decisiones y momentos más importantes.

Santiguarnos cada mañana, rezar un Ave María antes del sueño nocturno, despedir celebrando la Eucaristía a un ser querido, o bautizar a un hijo… Todos estos momentos son tiempos en los que nuestra vida se va aquilatando a la luz de la fe. Quizás sin darnos cuenta, quizás sin siquiera pensarlo, pero nuestra fe, nuestra relación con Dios, nuestra vida edificada a imitación de la de Jesucristo, van dando pasos hacia adelante.

En estos días son muchos los propósitos que expresamos, queremos hacer muchas cosas, son muchas las metas que nos planteamos para este 2022, sobre todo, después de casi dos años bajo el azote de esta pandemia que ya está agotando nuestras fuerzas. Pero es esencial que en esta lista personal de aspiraciones haya un espacio para nuestra vida creyente.

Como párroco y responsable del cuidado y crecimiento en la fe de esta comunidad cristiana de Villar del Arzobispo, me gustaría expresar algunos propósitos a nivel comunitarios para este año que estamos a punto de iniciar.

Que este 2022 nos ayude a profundizar más en el amor de Dios, manifestado en Jesucristo, y expresado en la Eucaristía, ese sacramento en el que cada día, desde la sencillez de la familia reunida, en nuestra parroquia se actualiza el misterio de amor de la Pascua de Cristo. Que en este año sigamos disfrutando de celebrarla juntos, y crezcamos en capacidad de cuidarla y valorarla como el regalo de Dios que construye la Iglesia y la parroquia.

Que en año 2022 sirva para crecer en la relación orante con Cristo. Que la adoración, la lectura de la Palabra, los tiempos de diálogo entre nosotros y el Señor sean nuestro gozo y nuestro tiempo de descanso. Que valoremos la oración como el aceite necesario para mantener encendida la llama de la fe.

Que el nuevo año nos haga conscientes y partícipes de la importancia del trabajo pastoral de la comunidad cristiana. Que nos ayude a comprometernos más con las acciones pastorales de anuncio del Evangelio, de catequesis, de formación, de celebración…

Que el 2022 nos ayude a ser constructores y trabajadores de esta parroquia que camina cada día bajo la mirada de la Madre, la Virgen de la Paz. Que crezca en nosotros el amor a la parroquia, el deseo de verla crecer, mejorar, corregirse, innovar, cuidar sus tradiciones y abrir todos los días las puertas a quienes en ella buscan ayuda, acompañamiento, acogida, comprensión…

Feliz Año Nuevo. Que el Señor lo bendiga cada día con su presencia.

Quique, vuestro párroco.

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