Rincón Carmelitano

¿QUIÉN NOS SEPARARÁ?

» A los que Dios conoció de antemano, los destinó a ser imagen de su Hijo… ¿quién me separará del amor de Jesucristo?»

Tal se mostraba a la mirada del Apóstol el misterio de la predestinación, el misterio de la elección divina «A los que él ha conocido». ¿No hemos sido nosotros de ese número? Sí, nosotros hemos llegado a ser suyos por el bautismo. Es esto lo que quiere decir san Pablo con las palabras: «Los llamó». Sí, llamados a recibir el sello de la Santa Trinidad. Al mismo tiempo que hemos sido hechos participes de la naturaleza divina, según lo expresa san Pedro. (IIPe 1,4) hemos recibido un principio de su ser. después, él nos ha justificado por los Sacramentos, por sus toques directos en el recogimiento en lo más hondo de nuestra alma, justificados también por la fe y, según la medida de nuestra fe, en la redención que nos consiguió Jesucristo.

Finalmente Él quiere glorificarnos y, para eso, dice San pablo, él «nos ha hecho dignos de tener parte en la herencia de los santos en la luz». Pero seremos glorificados en la medida que seamos conforme con la imagen de su Hijo divino. Contemplemos, pues, esta imagen adorada, permanezcamos sin cesar bajo su irradiación, para que esa imagen se imprima en nosotros; después, vayamos a todas las cosas con actitud de alma con que iba nuestro Maestro Santo Jesucristo. Entonces realizaremos el gran deseo por el que Dios «destinó restaurar todas las cosas en Cristo» (De los escritos de Sor Isabel de la Trinidad)

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