NECESITAMOS AL ESPÍRITU SANTO
¿Sentís necesidad del Espíritu Santo? Jesús sabe que lo necesitamos, porque sin Él no vivimos de verdad. Por eso nos da el Espíritu, lo derrocha, para que nos hable al corazón. El verdadero problema del mundo es que ignoramos al Espíritu. Nos tenemos que animar, a pedir y desear al Espíritu, y escuchar sus sonidos en silencio; las demás cosas no saben decirnos lo que queremos y necesitamos.
El Espíritu Santo no está lejos de nosotros. ¡Estamos ungidos por Él! ¡Vive con nosotros! ¡Mora en secreto en nuestro corazón! No tengamos miedo de reconocerlo. El Espíritu es el dulce huésped que habita nuestra interioridad. ¡Qué maravilla! Desde dentro nos anima, nos enseña a vivir, nos regala sus dones, se alegra con nosotros, está a nuestro lado en las dificultades, pone en nuestra manos los carismas que necesitan los demás. Como hizo Jesús, nos invita en este momento a soplar el Espíritu sobre el mundo, para que en todo lugar se despierten las alabanzas al Señor y se abran por doquier caminos de paz y justicia.
La invocación del Espíritu es central en la Eucaristía. Al invocarlo cada día nos preparamos para que Él haga de nuestra vida una oblación digna del Padre y una ofrenda de comunión para todos nuestros hermanos. Que el Espíritu del amor nos libre del pecado de la indiferencia y convierta el pan de nuestros deseos en el nuevo maná de la nueva peregrinación.
Oración al Espíritu Santo, de la carmelita de Tierra Santa: Espíritu Santo, inspírame. Amor de Dios consúmame. A lo largo del Verdadero camino guíame. María Madre mía, mírame. Con Jesús, bendíceme. De todo mal de toda ilusión, de todo peligro, presérvame.
HERMANAS CARMELITAS