Querido hermano/a que estás leyendo este apartado, tenemos algo que pedirte: este domingo comenzamos los ejercicios espirituales: reza por nosotras, para que obtengamos el fruto que Dios quiere. Aprovechando tu buen corazón y deseo de ayudarnos, te sugerimos que no te limites a hacer una intención general, sino que cada día de esta semana nos encomiendes al Espíritu Santo, si lo haces en un momento determinado de tu jornada, es más fácil que no se te olvide…¡solemos llevar tantos rollos en la cabeza!.
Dios es relación y comunicación, pero si vivimos en el barullo, dificilmente percibiremos su voz; los ejercicios son días para hacer con el mayor cuidado ese silencio exterior y sobre todo interior que nos permita oir su voz, dejarnos enseñar por El, aprender a distinguir esa voz entre otras muchas que ni nos dan paz ni nos llevan a la verdad. Como dice el profeta Oseas:»La llevaré al desierto y le hablaré al corazón». Y no es fácil dejarse llevar al desierto, porque en el desierto ¡no hay más que arena!. Entonces o te mueres de aburrimiento ¡o abres todo tu ser para percibir la presencia de Dios!. Y nosotras es lo que queremos, para lo que vivimos. Poder decir como la esposa del Cantar de los Cantares:»Encontré al Amado de mi alma, lo he encontrado y no lo soltaré».
Y de paso, ahora que ya no tardaremos en comenzar la Cuaresma, os sugerimos que busqueis también vosotros unos días para poder vivir en un ambiente de retiro y silencio esta escucha y búsqueda de Dios. Es verdad que ya hemos tenido a lo largo de nuestra vida experiencias y encuentros con El, pero siempre siempre se puede crecer en este aspecto, pues Dios es inabarcable, infinito; lo que podemos atisbar de El es como una gota de agua del océano.
Bueno, os recordamos que esperamos vuestra oración. Si salimos un poco mejores, más será escuchada nuestra oración cuando pidamos por vosotros, asi que todos saldremos ganando. GRACIAS.
Hermanas Carmelitas