Editorial

UNA SEMANA SANTA DIFERENTE

Se acerca ya el Triduo Pascual, unos días en los que la liturgia nos llevará a contemplar esos grandes misterios del amor de Dios por nosotros. En los actuales momentos de sufrimiento en todo el mundo debido a la pandemia, miremos mucho a Jesucristo Crucificado. Veamos en esa Santa Cruz, como nos lo hacía considerar el Papa el pasado 27 de marzo, el ancla de salvación que impide el naufragio. Desde allí Jesús ilumina el sentido del sufrimiento e incluso nos hace descubrir que, con su gracia, podemos no perder la alegría; es más, podemos muchas veces volver a recuperarla: Gaudium in Cruce! (la alegría de la Cruz).

En estos días estamos experimentando cómo la solidaridad humana, sobre todo cuando está informada por la caridad, se vuelca en generoso servicio a los demás: junto a la cama de un enfermo, en la caja de un supermercado, en el cuidado de la propia familia aislada tantas veces en escasos metros cuadrados… Recemos mucho por las personas que fallecen, por los enfermos y por sus familias. Dirijamos al Señor nuestra oración agradecida por esas innumerables personas que continúan prestando esos y otros indispensables cuidados: son un testimonio de que el alma de la sociedad es el espíritu de servicio.

Que la ansiedad o el miedo no nos quiten la paz porque, como escribe san Pablo, ¡Cristo es nuestra paz! (Ef 2,14). En las circunstancias más o menos difíciles en que nos encontremos, pongamos nuestra confianza en el amor de Dios por cada uno: Él sabe más y no abandona a nadie. San Josemaría escribía: «Qué confianza, qué descanso y qué optimismo os dará, en medio de las dificultades, sentiros hijos de un Padre, que todo lo sabe y todo lo puede». Con esta seguridad puesta sobre todo en el Señor –y no solo en nuestras fuerzas– cada uno podrá aportar sus talentos para ayudar con alegría a los demás, que será siempre compatible con el sufrimiento y con las lágrimas.

Os invito a aprovechar las oportunidades que nos ofrece la tecnología para seguir los oficios de Semana Santa a través de las televisiones locales SATELVEX Y CABLE 6, además a través de nuestro canal de retransmisión on line…. Durante los próximos días vayamos preparando nuestro encuentro con el Señor. Teníamos toda la Cuaresma para ello, pero ahora, que ya lo tenemos cerca, intensifiquemos nuestra preparación en vistas a realizar una auténtica conversión de nuestros pecados. Sería bueno dedicar algún momento a “confesarnos con el Señor”. A falta de la confesión sacramental, habrá que hacerla espiritual -esto nos vale ahora con estas circunstancias- y pedirle perdón al Señor de corazón con para que recibamos de su mano misericordiosa el perdón de nuestros pecados, con el deseo de hacerlo sacramentalmente cuando pase toda esta situación de alarma. Continuemos con el clima de oración que hemos creado en nuestra parroquia. Es muy reconfortante ver como tantas y tantas personas se apoyan en su fe, se apoyan en la oración para mantener nuestra comunidad y nuestro pueblo unido.

Recibir un abrazo fuerte todos y mi bendición.

VUESTRO CURA

RAUL GARCIA

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