Rincón Carmelitano

¡TENEMOS NUEVO CURA!

Sí, estamos contentos ¿no?; después del sentimiento de la despedida de don Raúl, ahora tenemos la alegría de recibir a don Enrique como nuestro pastor, esperemos que por muchos años.

Un poco nos sorprendió que fuera misa-cantano, pues los suelen mandar con algunos años de experiencia pastoral. Esto está bien, pero también tiene su encanto «estrenar» cura, que este sea su primer destino. Este les suele marcar, de manera que sacerdotes ancianos, que han estado en muchos sitios, lo recuerdan siempre con particular afecto. Hagamos entre todos que sea así en este caso, que su experiencia en Villar sea muy positiva para él y para todos nosotros.

Santa Teresa nos pide a sus hijas rezar, en primer lugar, por los sacerdotes. Dice ella: me diréis que para qué habéis de rezar por los que son mejores que nosotras y contesta «Porque han de ser los que esfuercen a la gente flaca, y pongan ánimo a los pequeños. ¡Buenos quedarían los soldados sin capitanes! Han de vivir entre los hombres, y tratar con los hombres, y aun hacerse algunas veces con ellos en lo exterior. ¿Pensáis que es menester poco para tratar con el mundo y vivir en el mundo, y tratar negocios del mundo y hacerse a la conversación del mundo, y ser en lo interior extraños del mundo, y estar como quien está en destierro, y, en fin, no ser hombres sino ángeles? Porque de no ser así, no merecen nombre de capitanes, y harán más daño que provecho; porque no es ahora tiempo de ver imperfecciones en los que han de enseñar»

Pues bueno, a todos y a nosotras de una manera muy especial, nos toca rezar para que don Enrique sea un esforzado y santo «capitán», que nos ayude en las batallas de la vida. A vosotros, además, os toca colaborar con él, como siempre habéis hecho con todos los párrocos. Las que ahora estamos, no hemos conocido ninguno que quisiera dejar el Villar, todos lo han dejado con harto sentimiento.

Hermanas Carmelitas

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