Rincón Carmelitano

DE LA VIDA CONSAGRADA

El martes que viene es el día de la vida consagrada. El consagrado es el que busca el Rostro de Dios para conocerlo, servirlo y amarlo cada día más, porque «ha conocido y creido en el Amor que Dios nos tiene».

Os ofrecemos un bello texto, o mejor, un testimonio, de un consagrado enteramente a Dios : Juan de la Cruz.

«¡Oh gran Dios de amor y Señor, y qué de riquezas vuestras ponéis en el que no ama ni gusta sino de Vos! pues a Vos mismo le dais y hacéis una cosa por amor, y en eso le dais a gustar y amar lo que más el alma quiere en Vos y le aprovecha. Mas, porque conviene que no nos falte cruz, como a nuestro Amado, hasta la muerte de amor, El ordena nuestras pasiones en el amor de lo que más queremos para que mayores sacrificios hagamos y más valgamos. Mas todo es breve, que todo es hasta alzar el cuchillo, y luego se queda Isaac vivo, con promesa del hijo multiplicado. Paciencia es menester, hija mía, en esta pobreza, que por salir bien de nuestra tierra aprovecha y para entrar en la Vida a gozarlo bien todo, la cual es privación de vida.»

Como todos estamos consagrados a Dios por el Bautismo, a todos nos puede ayudar estas palabras de Juan de la Cruz sobre ese amor de Dios que lo da todo y lo pide todo, y va disponiéndonos mediante las circunstancias de la vida, para, liberados del egoísmo que busca el propio bien, unirnos a El y hacernos uno con El.

Os pedimos que ese día recéis por nosotras. GRACIAS.

Hermanas Carmelitas

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