SAN RAFAEL ARNAIZ
El martes pasado se celebraba el día de San Rafael Arnáiz, más conocido por el hermano Rafael, monje trapense. Mirando sus escritos he visto un texto muy simple pero muy consolador, en una carta que escribe a su abuela antes de marchar a la Trapa. Los que ya vamos teniendo edades venerables, lo podemos considerar como dirigido a nosotros:
"No te preocupes, abuela, porque tus días acaben. Ten la seguridad y la certeza absoluta de que acabarán bien. Tú nada puedes hacer, pobre criatura; solamente esperar...Y el pensar que estás ya cerca, te tiene que servir de íntimo consuelo; no debías pensar más que en eso, pero no por tu edad. ¡Qué más da la edad! Yo tengo 24 años, y mirándolo bien nos queda lo mismo, teniendo en cuenta que luego es la eternidad...Tus días son un "puntito" que se pierde en el infinito; no te preocupes de ese puntito y abísmate en ese infinito que es Dios.
¿Por qué has de tener miedo? Ten la seguridad de que el Señor te quiere, y si tu vida ha transcurrido en la ley de Dios, por esa ley has de ser juzgada, y esa ley no es severa, no nos exige grandes cosas; sólo se resume en un poquito de amor. No es la austeridad, ni los ayunos, ni el sufrimiento, ni el dolor...Nada de eso te sirve para nada si no tienes amor a Dios. Ejercítate en ello en estos últimos años, y ya verás como eres santa. No te hace falta una vida entera para conseguirlo, te basta un minuto, y aún tienes tiempo. No te apures, abuelita, yo te ayudaré desde la Trapa, ya verás."
Se desprende del texto el temor de su abuela de haber perdido el tiempo de su vida, impactada por la decisión de su nieto de dejar todo para ingresar en la Trapa. Rafael le da ánimo : le queda tiempo para ser santa, sólo consiste en amar a Dios, que es lo único que importa, y le aconseja ejercitarse en este amor el tiempo que le quede de vida. Ninguno sabía que Rafael partiría al Cielo antes que su abuela, tan bien ejercitado en ese amor que alcanzó una santidad radiante y luminosa.
Hermanas Carmelitas