Editorial

Vacaciones

Como sabéis, la próxima semana dejaré Villar para cambiar un poco la rutina e iniciar unas jornadas de descanso vacacional. Es bueno para todos tomar un tiempo para la desconexión, y que sirva al la vez para el renacer de la motivación que necesitamos para continuar con las tareas pastorales y parroquiales en este próximo curso que vamos a empezar.

Durante estos días me llevo unas preguntas en el corazón que os comparto para que también cada uno de los miembros de la comunidad podáis hacéroslas, bien a nivel individual, bien a nivel familiar o grupal. En primer lugar, quisiera que nos preguntemos ¿Por qué estamos aquí? O, mejor dicho ¿qué es lo que esperamos de nuestra comunidad cristiana, de nuestra parroquia? Es una pregunta de mucha profundidad, porque nos sugiere cuestiones fundamentales, y nos lleva a la conclusión del encuentro. Encontrarnos con el Señor es lo que cambia nuestra existencia, y nos mueve a cambiar el mundo, la sociedad, la Iglesia, la parroquia. ¿Es este el lugar de nuestro encuentro con Cristo?

Junto a esta primera cuestión, os propongo una segunda pregunta ¿Hacia donde queremos ir? ¿Cuáles son las prioridades que en este momento deben dirigir nuestro rumbo como comunidad? Posiblemente aquí la respuesta es obvia, pero no por ello menos importante recordarla; la prioridad por la evangelización, por que el mensaje de Cristo cale en corazón y en la vida de quienes no le conocen es nuestro mayor reto. Ahora es el tiempo de buscar métodos, estrategia, formas de trabajo para que este fin se concrete, para que este proyecto se convierta en una realidad.

Al replantear lo fundamental de nuestra fe y de nuestra vida comunitaria, una tercera pregunta me viene rápidamente a la mente. ¿Cuánto queremos dar? ¿hasta que punto llega nuestra entrega? Necesito saber con quien contamos, y cuanto estamos cada uno dispuestos a entregar para hacer de esta misión un programa de vida comunitario, para convertir la fe en el eje vertebrador de nuestra existencia, de nuestra vida familiar, de nuestras relaciones sociales, etc… Porque esto es una tarea de todos, necesito de vuestro tiempo, vuestras capacidades, vuestra implicación, vuestra creatividad… porque el Reino de Dios es cosa de todos y no puedo dejar de lado los talentos que cada miembro de la parroquia puede ofrecer.

Os dejo estas tres preguntas fundamentales para que en estos días de vacaciones las vayáis rumiando, pensando, meditando… Es necesario vivir con Cristo, y anunciarle a los hermanos desde esta familia, en la comunidad, en esta parroquia que ya desde hace 446 años viene compartiendo un mismo desvelo, un mismo objetivo: Anunciar al mundo el amor de Dios, manifestado en Cristo Resucitado, por quien sigue viva nuestra fe y nuestra esperanza. Que tengáis buenas vacaciones.

Quique, vuestro cura.

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