Rincón Carmelitano

LA ULTIMA ETAPA DE SU VIDA

Cuando esto escribimos, nuestra hermana Ägueda está en la última etapa de su vida terrena. Se perciben los pasos silenciosos e imparables de la hermana muerte, como la llamaba san Francisco de Asís. En poco más de tres meses es la tercera hermana que se nos va a ir. Se crea un clima particular en la comunidad cuando hay una hermana en esta situación. Surgen los interrogantes : ¿qué sucederá en su interior ahora que ya no puede comunicarse con nosotras?, ¿cuándo será el momento final?. No han tenido la sedación final ninguna de las tres; queremos que sea Dios quien decida su hora. Se puede pensar ¿y para qué prolongar un estado irreversible y penoso para todos?. Pues porque queremos que sea el Dueño de la vida el que la tome cuando quiera; porque no sabemos lo que puede acontecer en el interior de la hermana en su estado de inconsciencia, no sabemos si tiene momentos de lucidez en los que el Señor va dando los últimos toques en preparación al Gran Encuentro; porque no sabemos, si hay sufrimiento, el gran valor que puede tener para ella y para otros; porque el tiempo que Dios nos concede a cada uno, es sagrado, y así como no podemos prolongarlo a nuestro gusto, no debemos acortarlo. Es caso aparte cuando hay dolores muy fuertes, que no ha sido el caso de nuestras hermanas.

A este respecto no podemos menos de recordar una consoladora promesa que el Señor hizo a Santa Teresa:

«Acaeció darle el mal de la muerte a una hermana, y ansí como entré vi a su Majestad a su cabecera, tenía algo abiertos los brazos, como que la estaba amparando, y díjome que tuviese por cierto que a todas las monjas que muriesen en estos monasterios que El las ampararía ansí y que no hubiesen miedo de tentaciones a la hora de la muerte. Yo quedé harto consolada. Al cabo de un poquito me dijo: ¡Oh, madre, qué grandes cosas tengo que ver! y ansí murió como un ángel.»

Os rogamos una oración por nuestra hermana. Gracias.

Hermanas Carmelitas

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