Rincón Carmelitano

DIOS ENTRE FOGONES Y OTROS MENESTERES

Hay expresiones que consiguen emprender en la memoria y cultura de grupos enteros. Se trata de expresiones felices, llamativas, sintéticas, frases que nos llegan como perlas de sabiduría y en las que podemos reconocer reflejadas experiencias que a duras penas balbuceamos. Teresa de Jesús posee una capacidad inaudita para atinar con este tipo de palabras que evocan aire de familia y de vivencias compartidas. De este estilo podríamos recordar muchísimas frases de las que hoy queremos rescatar una: «Entre los pucheros anda el Señor» (F5,8)

Teresa de Jesús mete a Dios entre los pucheros justamente al tratar de «algunos avisos para cosas de oración»(F5) Si el camino de oración no es camino de amor, se convierte en un mero espejismo porque «el aprovechamiento de alma no está en pensar mucho, sino en amar mucho»(F5,2) Al final los múltiples caminos, vocacionales o carismas no hacen sino desplegar la inmensa riqueza de lo único importante: Amar como el Maestro, amar con su amor.

Si el aprovechamiento del alma reside en amar mucho ¿cómo se adquiere ese amor? La oración sin duda, es un medio para ello, pero, sobre todo, el amor crece determinándose a obrar y padecer y hacerlo cuando se ofreciere. Es decir, el amor crece ejercitándose en la entrega, cotidiana, escondida, gratuita, una entrega que se convierte en el diario caminar eucarístico de dar vida, dar la vida. Y todo ello surge, cuando se ofreciere, que resulta ser cuando así lo quieren la obediencia y el bien de los prójimos. Quizás alguien pueda temer que esto se convierte en un arma contra la oración, pero nada más lejos de la realidad. De la mano de Teresa, se nos invita a descubrirla como lugar donde conocer a Jesús y conocernos, donde abrir y ensanchar el propio interior. Por eso, el amor crece dándose al Amado que se halla en soledad, pero sobre todo en los hermanos.

HERMANAS CARMELITAS

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