Editorial

Madre de Desamparados

Esta entrañable advocación tan ligada al pueblo valenciano nos recuerda cada mes de mayo como la mirada tierna y acogedora de nuestra madre nos congrega para cubrirnos bajo su manto. La Región Valenciana participa del gozo de esta gran fiesta que toda Valencia dedica a nuestra madre. De una forma especial en este año, en el que la diócesis de Valencia inicia un año jubilar por el Centenario de la Coronación canónica de Ntra. Sra. de los Desamparados.

Tras la pandemia, de nuevo una gran fiesta congrega a los hijos junto a la Madre: danzas, conciertos, fuegos artificiales… que anuncian el gran día de su fiesta que se iniciará con la misa de Descuberta, con la devoción a flor de piel de tantos peregrinos que durante la noche han caminado hasta la Basílica para reencontrarse con María. Tras este momento álgido, la aurora prepara la multitudinaria misa de Infants en la que miles de cristianos en Valencia compartirán el banquete pascual de la Eucaristía. Tras este momento íntimo, se desborda la emoción con el multitudinario traslado de la venerada imagen. Ya por la tarde, a la caída del sol, la imagen saldrá por las calles de la ciudad en la Solemne procesión, en la que es aclamada como Reina y Señora de Valencia.

Un año especialmente preparado que quiere hacernos conscientes de la misión de fe y caridad que la Virgen de los Desamparados lleva encabezando desde la creación de su cofradía hace ya más de cinco siglos. Desamparados nos hemos sentido todos en algún momento de nuestra vida, en los sufrimientos, soledades, y desconciertos de nuestro caminar hemos necesitado del amparo de la Madre, el amparo de su ternura y de su intercesión que sale en ayuda de quienes a ella se acogen, pues nade como María conoce las necesidades de todos sus hijos.

La mirada de compasión y misericordia es aquello que este año la Virgen quiere hacernos comprender. Desde la fe, desde la vivencia más auténtica del Evangelio, la acción caritativa de la Iglesia este año quiere hacer consciente a todos los creyentes de la necesidad de tantos desamparados de nuestro tiempo que necesitan de la Virgen, y de nosotros que somos sus manos, sus pies, sus palabras…

Una forma de vida que necesita de la fe que en Valencia sique bombeando la intercesión y la devoción a nuestra madre. La fe que la Virgen de los Desamparados mantiene viva es la que sigue haciendo posible toda acción social en su nombre: pisos tutelados para enfermos mentales, atención a mujeres víctima de trata, acogida a colectivos en riesgo de exclusión social…

En este centenario, la Virgen de los Desamparados quiere despertar en nuestra diócesis un nuevo impulso, nueva fuerza que testimonie la vida nueva que Cristo nos muestra en su Pascua y hacia la que María nos acompaña con su mirada tierna y maternal. Que María, madre de los Desamparados nos acompañe y guíe en este año santo que la Iglesia nos regala a los hijos de tan buena madre.

Quique, vuestro cura.

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