Editorial

Adentrarse en el corazón de Cristo

La Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús nos invita a vivir una de las experiencias más hermosas y reconfortantes de la vida cristiana: conocer la forma en que Jesucristo nos ha expresado el amor de Dios por nosotros. El corazón de Cristo es el lugar donde el amor de Dios queda manifestado y provado. Por ello, al celebrar esta fiesta un pregunta se cruza en nuestra mente contando con nuestros cálculos humanos ¿Cómo ama Jesús? Pues el amor de Jesucristo nos enseña a dar forma al amor que la fe despierta en el corazón del creyente.

No se entiende el amor de Cristo sin hacerlo compatible con la misericordia. Pues ama Jesús conociendo nuestros pecados, y sabiendo que la condición humana nos hace constantemente caer. Sin embargo, la experiencia de su amor es la gran invitación de Dios al hombre para levantarse, dejar atrás sus debilidades, y aprender de la forma de vida del Señor, imitando en todo su amor y agradeciendo el don paciente de su misericordia.

Tampoco podemos hablar del amor de Cristo sin entenderlo como un lugar de descanso, de reposo y de acogida. El Señor es la morada donde nos sentimos protegidos, donde encontramos el abrazo del amor de Dios siempre paciente, siempre disponible, siempre acogedor. El amor de Jesucristo es nuestra defensa y ayuda ante el sufrimiento, la soledad y la pobreza propias de la vida del hombre en la que cada día se pone a prueba nuestra fe y nuestra fortaleza.

Es el amor de Jesús un amor que no entiende de límites, ni de condiciones, sino que nos da un contante aprendizaje para que las dinámicas de vida de Jesucristo se conviertan en las nuestras. Es un amor que no se limita al afecto, sino que se materializa en la entrega, la generosidad, la disponibilidad… Es el amor que engendra caridad y que nos ayuda a consolidar nuestra fe y a probarla en nuestra vida cotidiana.

Este es el amor del corazón de Jesús, un corazón ardiente de caridad, un corazón paciente y lleno de misericordia, un corazón donde hallar descanso para nuestras almas. Que podamos este año aprender a amar de su Sagrado Corazón.

Vuestro cura Quique

Comentarios cerrados.