Editorial

Un curso “en misión”

En el día en que toda la Iglesia celebra el nacimiento de la Virgen María, la Iglesia de Valencia inicia un tiempo de preparación para la gran misión Mariana de la que nos ha hecho partícipes el Señor Arzobispo. Bajo el lema “la fe per vos no mor” una gran misión mariana quiere renovar la dimensión misionera de todas las parroquias de la diócesis, convirtiendo así a cada comunidad en un agente potencialmente evangelizador, que aúne esfuerzos y capacidades para anunciar de nuevo y con más ilusión y pasión que nunca el amor de Dios que Cristo nos comunica y que en María experimentamos desde ese amor concreto y cercano de la madre.

Por ello, y en esta dirección caminaremos diocesanamente en estos próximos meses, preparándonos, orando, actuando e implicándonos de lleno es esta misión. Desde esta jornada mariana, el 8 de septiembre, se inicia el tiempo para orar juntos y con decisión por la misión. Orar por los misioneros, por las comunidades cristianas involucradas de la misión, por quienes recibirán este anuncio, y para que el Señor bendiga con su gracia esta acción Evangelizadora de la que María es su mayor valedora e intercesora.

La oración es súplica confiada, pero también es petición de la gracia, es expresión de la necesidad y anhelo de la Iglesia de Valencia abatida en muchos momentos y que sufre la tribulación de este tiempo de alejamiento de Dios. La oración es voz de cada uno de nosotros que se une en comunión para pedir a Dios que nos acompañe y a María que nos guie en esta misión tan ilusionante, y al mismo tiempo tan exigente de la que nadie puede sentirse ajeno, al menos aquellos que reconocemos en el Evangelio un mensaje de vida y de esperanza que el mundo de hoy y los hombres de nuestro tiempo necesitan.

Por la misión, por quienes la llevan a cabo, por los misioneros, por cada parroquia, por sus sacerdotes, por nuestro pastor y quienes gobiernan la Iglesia que camina en Valencia oremos esto días con la mirada puesta en María, con la seguridad que nos da recordar las palabras de San Bernardo en su oración:

Acordaos, Oh piadosísima
Virgen María, que jamás se ha
oído decir que ninguno de los
que han acudido a Vos,
implorado tu asistencia
y reclamado vuestro socorro,
haya sido abandonado de Vos…

Quique, vuestro cura.

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