«LA ORACIÓN, HISTORIA DE AMISTAD»
La atención afectiva que se presta al otro, provoca una orientación a buscar su bien gratuitamente.
La oración, para Teresa, no es un discurso, unos pensamientos, unas peticiones, unos sentimientos que afloran, sino dos personas en relación, cara a cara. Con acogida y donación por ambas partes. Así definió la oración: «Tratar de amistad estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos que nos ama» (Vida 8,5)
La oración-amistad es relación de dos personas que mutuamente salen al encuentro implicándose en una relación de mutuo amor de entrega recíproca.
Teresa lo expresó muy bien, refiriéndose a la oración-amistad que enseña y promueve, diciendo con brevedad y fuerza: «Estese allí con él, acallando el entendimiento. Si pudiere ocuparle en que mire que le mira» (vida 13,22)»Mire «imperativo amoroso dirigido al orante: advierta, hágase consciente de que el Amigo le mira en su mirada amorosa. San Juan de la Cruz nos dice «El mirar de Dios es amar y hacer mercedes» (Cántico)
No os pido ahora que penséis en él, ni que saquéis muchos conceptos, ni que hagáis grandes y delicadas consideraciones». » No os pido más que le miréis» Así pretende Teresa, como buena pedagoga, facilitarnos o engolosinarnos (Vida 18, 8) para que miremos dentro de nosotros a quien nos habita, porque nos ama. Nos lo presenta con estas tres pinceladas «Nunca hijas, quita vuestro Esposo los ojos de vosotras» no está aguardando otra cosa…, sino que le miréis que no quedará por diligencia suya» (Vida 26, 3)
Nos podemos dirigir con esta oración:
Jesús, junto a ti, en ti, fijando mis ojos solamente en ti. Nada más sentir que estamos juntos. Tú me miras…»El mirar de Dios es amar». Estoy junto a ti tal y como soy, y ya que «ha de encontrar las condiciones» tu misericordia abrace mi pobreza y tu fuego consuma la negrura de mi madero. Adéntrame en ti, Transfórmeme.
Toma tu las riendas de mi vida…y » juntos andemos Jesús.
