Rincón Carmelitano

   LA VIRGEN MARÍA EN SAN JUAN DE LA CRUZ

      De su madre analfabeta, Catalina Álvarez, aprendió Juan la devoción a Nuestra Señora, el Avemaría y la salve, las invocaciones a la Virgen de la Pera que se veneraba en la ermita de su pueblo, aprendió a pasar con ella en el hogar y en la iglesia de Fontiveros las cuentas del rosario. Aprendió tantas cosas y tanta devoción mariana. No falta en su vida signos múltiples de la respuesta de Nuestra Señora a la devoción sincera que le profesaba aquel muchacho, aquel joven, aquel hombre hecho y derecho y aquel fraile del carmen  que fue Jun de yepes, Juan de santo Matías, para terminar siendo Juan de la Cruz.

Entre tantos momentos que ilumina el Santo momentos de la vida de María al hablar del episodio de la bodas de Caná. María es el modelo de quien ama discretamente, que no cuida «de pedir lo que le falta y desea, sino  de representar su necesidad para que el Amado haga lo que  fuere servido, como cuando la bendita Virgen dijo al Amado Hijo en las bodas de Caná de Galilea, no pidiéndole derechamente el vino, sino diciendo no tienen vino.»

  Aunque San Juan de la Cruz, hable de la alegría venida al mundo a través de María sabe que Cristo padeció y sufrió como nunca para redimirnos y darnos ejemplo de vida. Y asociando a la Virgen a la Cruz del Hijo , opina que, aunque en rigor, Ella por estar libre de pecado debería haber estado también libre de sufrimiento, el Señor ha querido hacer esa excepción de que sufra también Ella porque más merezca y se afervore en el amor, o por otros motivos saludables  y exquisitamente eclesiales. 

 No sólo habla de esta dispensa tan original por parte de Dios en relación con su Madre, sino proclamando el poder de Dios , admira la Inmaculada Concepción y desde su visión mística y espiritual escribe: Tales eran las de la gloriosísima Virgen Nuestra Señora , la cual estando desde el principio levantada a este alto estado, nunca tuvo en su alma impresa forma alguna de criatura, ni por ella se movió, sino su moción fue por el Espíritu Santo.

 Este texto de Juan dela Cruz es, sin duda el principal de cuantos ha escrito sobre la Señora. En él se acumulan afirmaciones tales como: la docilidad constante de la Virgen a las mociones del Espíritu Santo. Su unión con Dios desde el primer instante. La eficacia de sus ruegos y obras en la presencia del Señor para bien de todos nosotros, la Virgen es puesta como modelo de todas estas realidades: unión con Dios, docilidad y oración…

HERMANAS CARMELITAS

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