Rincón Carmelitano

UNA VIDA FUNDAMENTADA EN EL AMOR

  María Felicia de Jesús Sacramentado «CHIQUITUNGA»

    Hoy os vamos a presentar a una Carmelita, que en España no es conocida, ya iremos hablando de ella y de sus escritos.

  María Felicia nació en la Republica del Paraguay, en ciudad de Villarrica, el 12 de enero de 1925. Era la mayor de 7 hermanos y creció en el seno de una familia «tradicional» y cristiana. Su padre en razón de que era menudita, la apodó «Chiquitunga» como nosotras le seguimos llamando.

  A los 30 años ingresó en el monasterio de la Madres Carmelitas de Asunción.  Y muere el 28 de abril de 1959, a los 34 años en olor de santidad. Y que fue beatificada el 23 de junio de 2018. Es la primera Santa de Paraguay.

 María Felicia fue una joven que supo llevar la experiencia de amor por los caminos de la integración humano-espiritual, poniendo en cada paso y en cada decisión de vida, la pregunta por la voluntad de Dios ¿Cuál es el sueño de Dios para mi vida?  Cada respuesta que fue dando en sus cortos años de vida, llevaron el sello del amor a Jesús y a sus hermanos, basada en la justicia,  sobre todo en los más pobres.

  Se proyecta con nuevas luces y con nuevas experiencias sobre el amplio horizonte de evangelización, partiendo de la contemplación del misterio de Cristo, de la exigencia de santidad-mística, que hunde sus raíces en los místicos de Carmelo. Estas son precisamente las fuentes que descubre María Felicia en su vocación contemplativa como carmelita.

  Desde joven, María Felicia tiene un ideal: Jesús, al que ama apasionadamente y al que ofrece su virginal, total e incondicionalmente, según su fórmula y su lema: TODO TE LO OFREZCO SEÑOR» 

 Podríamos decir que, Jesús ocupó el primer lugar en su corazón. A medida que pasaron los años, la relación con Jesús se fue haciendo cada vez más estrecha, más íntima, al punto de quedar profundamente enamorada de ÉL: «Jesús mío, Dueño único, Dueño verdadero de todo mi amor, por quien he  dado y entregado y aceptado integralmente todo: Tú sabes, Señor bueno, cómo de amor suspiro; Tú sabes, Señor cómo de loca de amor estoy…Que yo te conozca, que yo te ame, que yo te siga, que yo te sirva con integridad de vida».

  Hemos ido poniendo algunos puntos de sus escritos, ya la iremos conociendo más.

HERMANAS CARMELITAS

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