Rincón Carmelitano

ISABEL DE LA TRINIDAD NOS ESCRIBE:

  » sed santos porque yo soy santo (lv. 11,44)

  «Es el Señor quien habla de esta manera. Sea cual fuere nuestro estado de vida o el hábito que llevemos, cada uno de nosotros tiene que ser el santo de Dios.  

  ¿ quién es, pues el más santo? quien más ama, quien contempla más a Dios y satisface más plenamente las exigencias de la mirada divina. ¿Cómo satisfacer las exigencias de la mirada de Dios? permaneciendo sencilla y amorosamente para que pueda reflejar en nosotros su propia imagen como se refleja el sol en un lípido crista.

 Dice un piadoso autor que la perfección más elevada en esta vida consiste en permanecer de tal modo unido a Dios, que el alma con todas sus facultades y potencias se halle recogida en El y todos los afectos humanos, unidos en el gozo del amor, encuentren solamente reposo en la posesión del Creador.

 La imagen de Dios impresa en el alma, está constituida efectivamente por el entendimiento, la memoria y la voluntad. Mientras estas facultades no posean la imagen perfecta de Dios, carecen de la semejanza divina que tuvieron en el día de la creación. Dios es la forma del alma y Dios debe debe imprimirse en ella como el sello en la cera, como la etiqueta en su objeto. Ahora bien; esto se debe realizar en toda su plenitud cuando el entendimiento esté completamente iluminado por el conocimiento de Dios, cuando la voluntad se halle encadenada al amor del Soberano Bien.

 Para este ideal es necesario permanecer dentro de sí, en silencio y en presencia de Dios, mientras que el ama,  se dilata, se inflama y se funde en El con una plenitud sin limitaciones» (  de sus escritos  El cielo en la tierra )

HERMANAS CARMELITAS

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