.Continuamos con la carta de Tersa de los Andes, a su padre.
» Papá, no me negará el permiso. La Santísima Virgen será mi abogada. Ella sabrá mejor que yo hacerle comprender que la vida de oración y penitencia que deseo abrazar, siendo carmelita, encierra para mí todo el ideal de felicidad en esta vida, y la que me asegurará la de la eterna felicidad.
Comprendo que la sociedad entera reprobará mi resolución, pero es porque sus ojos están cerrados a la luz de la fe. Las almas que ella llama » desgraciadas» son las únicas que se precian de ser felices, porque en Dios lo encuentran todo. Siempre en el mundo hay sufrimientos horribles. Nadie puede decir sinceramente: yo soy feliz. Mas al penetrar en los claustros, desde cada celda brotan estas palabras que son sinceras: pues ellas ( Las monjas) su soledad y el genero de vida que abrazaron no la tocarían por nada de la vida. Prueba de ello es que permanecen para siempre en los conventos. Con todo yo dependo de Ud Déme su consentimiento luego, papá querido. Quien da luego, da dos veces. Sea generoso con Dios que le ha de premiar en esta vida y en la otra, y no me obligue a salir en sociedad. Muy bien conozco esa vida que deja en el alma un vacío que nadie puede llenar, si no es Dios. Mi resolución está tomada. Aunque se me presente el partido más ventajoso, lo rechazaré. Con Dios ¿ quién hay que pueda compararse? No. Es preciso que pronto me consagre a Dios, antes que el mundo pueda mancharme. ¿me negará el permiso ? yo rogaré a Dios y la Santísima Virgen le den fuerzas para decirme el «sí» que ha de hacerme feliz.»
Aquí tenemos un testimonio de una vida entregada a Dios,( fue la primera santa en Chile.) Y Dios sigue llamando pero ¿estamos dispuestos a escucharle y de darle el SÍ? Todos tenemos experiencias que las cosas del mundo te dejan vacíos tristes: Solo el Amor de Dios puede saciar y llenar el alma de felicidad y cuantos delo pierden.
Oremos por las vocaciones.
HERMANAS CARMELITAS