ORACIÓN CONFIADA A LA VIRGEN DE ISABEL DE LA TRINIDAD
Acabo de pasar más de media hora en oración ante la Virgen del Perpetuo Socorro. ¡ Cómo he rezado con toda mi alma por los pobres pecadores! He dicho a María que acepte el sacrificio de mi vida, sea como fuere, por el retorno de esos pobres desgraciados. Me imaginaba encontrarme al lado de esta Madre querida. Por eso, le he hablado con total abandono y confianza ¡Oh María, a quien nunca se le ruega en vano, escuchad, os suplico, mi plegaria! No podéis negarme la gracia que os imploro. Os pido el ama, la salvación de mis hermanos, el alma de ese pecador que es también tu hijo. ¡Oh Madre! ¿A qué precio me oiréis? Os escucho. Estoy dispuesta a todo.
Nosotros también podemos y debemos rezar a la Virgen, pidiéndole tantas gracias que necesitamos, nosotros, nuestras familias, y muy especial por los que están alejados de Dios, y no experimenta el Amor que Dios les tiene. Nos podemos dirigir a Ella con esta oración:
Acordaos oh piadosísima Virgen María, que Jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a tu protección, implorando vuestra asistencia, y reclamando vuestro socorro, haya sido abanado de Vos. Animada por esta confianza a Vos también acudo; Oh Madre Virgen de la Vírgenes, y aunque bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante tu presencia soberana. no desechéis mis humildes suplicas antes bien, escucharlas y acogerlas benignamente. Amén
HERMANAS CARMELITAS