Las hermanas Carmelitas descalzas de Villar del Arzobispo:
una llamada a la santidad
Queridos hermanos:
En nuestro pueblo tenemos la dicha de contar con un monasterio de Carmelitas descalzas, donde viven diecisiete monjas que han consagrado su vida a Dios por amor. Una fuente de gracia y de bendición para todos nosotros, porque con su oración y su testimonio nos iluminan, nos fortalecen y nos sostienen en nuestra fe.
Las Carmelitas descalzas son hijas de Santa Teresa de Jesús, la gran santa y doctora de la Iglesia, que reformó la Orden del Carmen en el siglo XVI. Santa Teresa fue una mujer de Dios, que supo vivir con pasión y con alegría su vocación religiosa, y que nos dejó un gran legado espiritual en sus escritos.
De la vida de Santa Teresa podemos aprender tres aspectos que nos pueden ayudar a vivir nuestra vocación a la santidad y a perseverar a pesar de nuestras imperfecciones:
- La oración. Santa Teresa decía que la oración es “hablar de amistad con quien sabemos nos ama”. Ella nos invita a orar con frecuencia y con confianza, abriendo nuestro corazón a Dios como a un amigo. La oración nos acerca más a Dios y nos hace más conscientes de su presencia y de su amor en nuestra vida, nos transforma y nos renueva.
- La humildad. Santa Teresa decía que la humildad es “andar en verdad”. Ella nos enseña a ser sinceros con nosotros mismos y con los demás, reconociendo nuestros límites y nuestros pecados, pero también nuestros dones y nuestras virtudes. La humildad nos libera del orgullo y de la vanidad, y nos hace más receptivos a la gracia de Dios. La humildad nos hace crecer en santidad.
- El amor. Santa Teresa decía que “el amor de Dios se adquiere resolviendo amar mucho”. Santa Teresa, nos anima a amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos. El amor nos hace salir de nosotros mismos y buscar el bien de los demás, especialmente de los más pobres y necesitados. El amor nos hace perdonar y pedir perdón, compartir y ayudar, consolar y alegrar.
Estos tres aspectos, son pilares de la vida cristiana, que las hermanas Carmelitas descalzas viven con fidelidad y con entrega. Se convierten asi en testigos y misioneras de santidad para todos nosotros, porque nos muestran con su vida que es posible seguir a Jesús con radicalidad y con generosidad, sin miedo ni complejos.
Por eso, os invito a rezar constantemente por cada una de ellas, para que sean santas, y puedan vivir en plenitud y con alegria su vocación a la samtidad, y para que el Señor siga llamando a otras hermanas para trabajar la viña del Señor.
Que Santa Teresa de Jesús interceda por nosotros y nos ayude a vivir como ella: “solo Dios basta”.