Editorial

Tú eres Sacerdote Eterno

Estas son las palabras que en la voz profunda del coro del Seminario abren cada año la celebración de las ordenaciones sacerdotales. El Salmo 109 nos recuerda que Cristo nos regala el don de su sacerdocio, y que hoy sigue llamando a hombres para que continúen entregando su vida en el servicio sacerdotal de su Iglesia.

El próximo fin de semana, diez hombres de nuestra diócesis recibirán por la imposición de las manos del señor arzobispo el don del ministerio presbiteral, serán diez nuevos sacerdotes que se suman al presbiterio valenciano, hombres que, como colaboradores del obispo, son convocados para guiar las distintas comunidades cristianas, que forman parte de la diócesis.

El sacerdocio es un don para el pueblo de Dios, un regalo que, instituido por el Señor Jesús en la noche del Jueves Santo, perpetúa su presencia en la Iglesia, para que a través la debilidad humana de los ministros, se siga llevando a cabo la obra de salvación de la que podemos participar a través de los sacramentos.

De este regalo que el Señor hace a la Iglesia, y para el que elige a hombres de su pueblo, va a participar el próximo sábado alguien muy cercano a esta comunidad cristiana de Villar, Catalin, un joven a quien esta parroquia ha visto crecer, madurar y formarse para llegar a este momento precioso en el que va a comprometerse para siempre con Cristo y con su Iglesia, para su ordenación de presbítero.

Desde el próximo día 19, Catalin será presbítero, y participará del sacerdocio de Jesucristo. En su nombre celebrará cada día la Eucaristía, en su nombre será ministro de la reconciliación y del perdón en cada confesión; como Cristo y sus apóstoles, ungirá a los enfermos, introducirá a nuevos cristianos en la Iglesia por el bautismo, y será testigo de muchos matrimonios que bendecirá para constituirlos en iglesias domésticas.

Así, la grandeza de Dios, su amor y su caridad, se manifestarán al mundo a través de la vida y el ministerio de Catalin, que, con su pequeñez y su debilidad, cada día se sentirá abrumado y agradecido por lo que Dios va a obrar a través de él. Catalin, por su ordenación, quedará unido en un vínculo indivisible con Jesucristo, y en su persona actuará al frente de las comunidades que se le confíen.

Y a través de Catalin, y de tantos presbíteros que en estos días celebran con agradecimiento su aniversario de ordenación sacerdotal, el testimonio de Cristo continúa extendiéndose y dándose a conocer, en el ministerio imperfecto de todos los sacerdotes que se esfuerzan cada día por ser fieles a Cristo, quien los eligió y configuró sus vidas, quien a través del Sacramento del orden les repite cada día su promesa: “Tú eres Sacerdote Eterno”.

Quique, VUESTRO CURA

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