Rincón Carmelitano

EL CARIÑO A LA VIRGEN MARÍA A TRAVÉS DEL ROSARIO.

  La Virgen maría es la Madre por excelencia y como tal la amamos todos los hijos. Pero es cierto que la expresión del cariño tiene tantos lenguajes como corazones. En la Iglesia se han ido recogiendo muchas maneras y expresiones para honrar a la Virgen, para orar junto a Ella, para rogarle, para ofrecerse, para mostrarle cercanía, cariño, necesidad de Ella. Todas surgen de experiencias personales, elaborando y  combinando los elementos los propios y comunes, según época, cultura, situación y ocurrencias, claro está, siempre ayudados por el Espíritu del Hijo único y Hermano.

Tratando del rosario, una de las más populares y extendidas devociones. El rosario de universal; es el modo de contactar con el cielo de infinidad de personas de todo tipo, edad y situación; es admirable la infinidad de rosarios que enlazan a los hijos con la Madre Emociona verlos en los dedos, en los bolsillos, en el cuello, en las paredes…, y emociona más ver desgranar sus cuentas entre los dedos a tantos y a tantos.

 ¿Qué tiene esta bendita oración que nos ata con brazos de cariño de la mano de María a la verdad, a la fuerza, al bien, a la alegría; y nos ata en el dolor a alivio de ser sostenidos por el Dios Amor que se digna tomar lo nuestro y acompañarnos en los misterios de su vida?  ¡Qué dulzura cuando los labios se mueven: Ave… Santa María… como una tensión que va alimentando el ser y conduciendo la ala paz! Nos muestra que Cristo pasó todo lo nuestro y que nos abraza encada momento desplegando esta cadena para subir al cielo. Y todos acurrucados en el regazo que sostuvo a Jesús en todos los momentos de su vida terrena, es como si Él quisiera dejarnos el hueco de su Madre para vivir e implorar y reír y llorar y  decirle lo que la queremos y lo guapa que es y lo que la necesitamos…Cuando llegas ante la Virgen ,sacas tu rosario, comienza s a desgranar las cuentas, meditas los misterios…, te estás poniendo ante la vida, el amor de la Madre que recoge todo lo tuyo y lo pasa por su Hijo para devolverte las fuerzas, la alegría y el amor y así, volver renovados a restras tareas…

 Nos dice Santa Teresa: «Hacía limosnas como podía, y podía poco. Procuraba soledad para rezar mis devociones, que eran hartas, en especial el rosario, que mi madre era muy devota, y así nos lo hacía serlo» (V.1,6)

Hermanas carmelitas

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