MARÍA ERES LLENA DE GRACIA
Llena de gracia. a Dios le gusta dar nombres nuevos, también a ti María, te lo dio. Sin quitarte nada, te lo dio todo. Pasó junto a ti, miró tu pequeñez, y te dejó vestida de gracia y hermosura. María, a los ojos de Dios, hallaste la gracia y la guardaste en el corazón Dios te besó con su gracia y brotó la salvación: Jesús. María eres el icono que el Espíritu ha pintado sobre un lienzo de silencio y sencillez. Eres silencio y sencillez. Eres silencio para la palabra, campo virgen para una semilla. Eres la flor que perfuma el mundo. Mujer amada de Dios. Dice San Juan de la Cruz, que Dios no nos ama menos que así mismo. Nosotros somos para Dios seres llenos de gracia. Se goza en nosotros, nos quiere como no podemos imaginar aunque pocos lo saben.
María es la adoradora del don de Dios dentro de sí. Es la perfecta discípula que se abre a la Palabra y se deja llevar por su dinamismo. Cuando la comprende se sobrecoge; cuando no, la medita siempre la guarda en el corazón. Merece la pena que exista María, como espacio de gratuidad en el que todos cabemos. Allí donde crece el desamor y los hombres se alejan unos de otros trazando fronteras, María se hace presente como casa de comunión. Es imposible honrar a la Llena de gracia sin honrar en sí mismo el estado de gracia, es decir, la mistad con Dios, la comunicación con Él la inhabitación del Espíritu Santo, como diría Isabel de la Trinidad.
Este es el secreto de la felicidad de los santos; están convencidos de que siempre Dios los mira con amor, los llena de gracia este es el secreto de nuestra felicidad, saber que solo la gracia puede sanar nuestras heridas más hondas. Nuestra vida adquiere profundidad por las heridas que recibe; pero lo que más hondura le da es el saber que hemos sido agraciados por el amor de Dios. Lo que nos enseña María: Volver, una y mil veces al don que llevamos dentro nadie puede quitárnoslo.
HERMANAS CARMELITAS
