Rincón Carmelitano

LA PALABRA SE HIZO HUMANIDAD Y ACAMPO EN LA TIERRA DE LOS HOMBRES.DESDE ENTONCES TODO SER HUMANO LLEVA DENTRO LA SEMILLA DEL AMOR.

   Dios se encarnó y sigue encarnado. Este misterio maravilloso sigue corriendo hoy. Dios es hombre. Dios llora, Dios me abraza.

   Siento que el mundo es Navidad, aunque muchos se declaren ateos. Son días para compartir, para reunirnos, para desearnos felicidad, para volvernos un poco niños, sea cual sea la fe o falta que declaremos. También son fechas dura para muchos. Echamos de menos a los que ya no abrazar y en estos días de encuentro, se siente su ausencia. Son días que se viven de corazón, con el corazón. Dios hecho Hombre palpita también con corazón de hombre y deja brotar y correr su ternura.

 La Navidad nos hace más humanos y más portadores de humanidad.  el mundo está con sed de humanidad, de ternura de solidaridad de alegría; el mundo espera nuestro espíritu de Navidad. Si dejamos que Jesús nazca y se encarne en nosotros, los pequeños de la tierra saltaran de gozo y la música de la bienaventuranzas alentarán una danza inacabable .

 La Encarnación es el compromiso de Dios con la humanidad. De esa fuente brota nuestro compromiso con lo creado, nuestro cuidado de la casa común nuestra cercanía a los más vulnerables.

 Dice San Juan de la Cruz, en una de sus poseías: «porque en todo semejante, / a él a ellos haría, /y se vendría con ellos, /y con ellos moraría; / y que Dios se haría hombre,/ y que el hombre Dios se haría,/ y que trataría con ellos,/ comería y bebería,/ y que con ellos continuo/ él mismo se quedaría,/hasta que se consumase/ este siglo que corría,/cuando se gozarán juntos / en eterna melodía

   Y nos sigue diciendo San Juan de la Cruz que el mirar de Dios es amar, y Dios hermosea el alma: la mirada de Dios cuatro bienes hace en el alma, así como el sol cuando envía sus rayos. enjuga y calienta y hermosea y resplandece . Dios nos sigue mirando, su amor es fiel.  La Navidad nos permite mirar a Dios en encanado, humanado, en todo semejante a nosotros.

 Oremos y dejemos nuestro corazón libre de todo lo que impida el que Jesús lo posea.

                               HERMANAS CARMELITAS

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