Editorial

NOSTALGIA DEL CIELO “

Toda la humanidad, alberga en el corazón, cierta “nostalgia del cielo”; aspiramos a estar en la gloria, a vivir en la gloria. Así lo expresamos en las mejores ocasiones cuando decimos: “esto es la gloria”.

La Solemnidad de la Ascensión del Señor expresa la dimensión de exaltación y glorificación de la naturaleza humana de Jesús, como contrapunto a la humillación padecida en la condena y la muerte en la cruz. Jesús acaba su vida en la tierra y vuelve al Padre. Desde su Resurrección y Ascensión al cielo, los cristianos conocemos nuestra meta final: estar donde está Jesús.

Para comprender mejor el significado del Evangelio que en esta solemnidad se proclama, podemos dividirlo en tres partes: la adoración, la autoridad y la misión.

La adoración: El texto nos dice que los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había señalado. Allí lo vieron y lo adoraron, pero algunos dudaban. ¿Qué significa esto? Significa que los discípulos reconocieron en Jesús al Hijo de Dios, al Mesías prometido, al Señor de la vida y de la historia.

Lo adoraron como a Dios, porque habían visto con sus propios ojos que había vencido a la muerte y había resucitado. Pero también significa que algunos de ellos todavía tenían dificultades para creer, para aceptar el misterio de la resurrección, para superar sus miedos y sus prejuicios. Esto nos muestra que la fe no es algo fácil ni evidente, sino que requiere un proceso de conversión personal y comunitaria, de apertura al don de Dios y de respuesta a su llamado.

La autoridad: “Se me ha dado todo poder en el cielo y en la tierra” ¿Qué significa esto? Significa que Jesús tiene el poder supremo sobre todo lo creado, sobre todas las fuerzas del mal, sobre todas las situaciones humanas. Él es el Señor del universo, el Rey de reyes, el Juez de vivos y muertos. Él tiene el poder de salvarnos, de perdonarnos, de sanarnos, de transformarnos. Él tiene el poder de enviar su Espíritu Santo sobre nosotros, para hacernos partícipes de su vida divina y de su misión.

La misión: “Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado.

Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos»”.¿Qué significa esto? Significa que Jesús les confió a sus discípulos la tarea de continuar su obra en el mundo, de llevar su mensaje de salvación a todos los pueblos, de incorporarlos a su Iglesia por medio del bautismo, de instruirlos en su doctrina y en su moral, de acompañarlos en su camino de fe y de amor. Pero también significa que Jesús les prometió su presencia permanente y su asistencia constante, por medio de su Espíritu Santo, que actúa en la Iglesia y en los corazones de los creyentes.

Jesús, nos invita a renovar nuestra fe en Jesús resucitado, a adorarlo como nuestro Señor y Salvador, a reconocer su autoridad sobre nuestra vida y sobre nuestro mundo, y a asumir con alegría y responsabilidad nuestra misión como sus discípulos.

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